Hasta la fecha, tan sólo han trascendido los nombres de dos aspirantes a esa plaza, para la que es necesario contar con 20 años de ejercicio en la carrera fiscal.

Uno de los candidatos es el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, quien viene ejerciendo de fiscal jefe en funciones desde que Aranda fue trasladado por orden del fiscal general, Juan Ortiz Urculo.

Fungairiño, que dispone de un gran prestigido y respaldo entre los fiscales de la Audiencia Nacional, tiee en su contra, sin embargo, un expediente disciplinario que le fue abierto como autor de una falta muy grave, al haber ocultado presuntamente a un juez un informe sobre el atentado perpetrado por ETA en abril de 1995 contra José María Aznar.

El otro de los aspirantes a la jefatura de la Fiscalía de la Audiencia Nacional es el inspector fiscal Luis Poyatos, quien ya ejerció en ese tribunal, donde su actuación se vio envuelta en la polémica por haber firmado, sin comunicarlo a sus superiores, la libertd bajo fianza del mafioso Antonio Bardellino, que la aprovechó para fugarse.

En el caso de que el Consejo Fiscal no alcance ningún acuerdo en su reunión de mañana sobre los candidatos, el concurso para cubrir la vacante de la jefatura de la Fiscalía de la Audiencia Nacional quedará desierto, pudiendo procederse a una segunda convocatoria.

Por el contrario, si ese órgano asesor se pronuncia mañana por alguno de los candidatos, corresponderá al fiscal general del Estado proponer al Gobierno el nombamiento del sucesor de Aranda.