Antes de su muerte, Omar dirigió varias cartas al entonces director general de Instituciones Penitenciarias, Antonio Asunción, para solicitarle su traslado a otra cárcel, debido a que su vida estaba en peligro.

En otra carta remitida a su madre expresaba idénticos temores y hacía patente que se encontraba recluido en un módulo con más de un centenar de reclusos, "la mayoría enemigos míos".

En la reyerta en la que encontró la muerte Omar también fue herido de gravedad en l cuello, con un instrumento de fabricación casera, Gabriel Rodríguez Burgos.

Los sucesos ocurrieron en medio de una ola de violencia que sacudió la cárcel de El Puerto entre mayo y agosto de 1991, con nueve enfrentamietnos armados entre reclusos, un motín, un intento de fuga de los reclusos Santiago Izquierdo Trancho y José Antonio Fernández Geranio, que usaron una sierra para cortar los barrotes de su celda, y el decapitamiento del preso Miguel Anguita Martínez.

Los sindicatos policiales y de fncionarios venían denunciado desde dos años antes las deficiencias de los servicios de seguridad y la falta de personal. A finales de julio de ese año, fue cesado el director de Puerto 1, Eduardo Roca.