A bordo de este avión del Ejército del Aire viajaban los cadáveres de los diecisiete militares fallecidos acompañados por el ministro de Defensa, José Bono, que se trasladó al lugar del siniestro para supervisar las labores de identificación y repatriación.

En la base esperaban el Rey Don Juan Carlos, el Príncipe de Asturias, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y otros representantes políticos e institucionales.

Varias decenas de familiares de los fallecidos esperaban también la llegada de los fallecidos, entre ellos la viuda de una de las víctimas que también estaba destinada en la base de Herat.

Los féretros serán desembarcados del avión y recibirán honras fúnebres en la pista, nada más pisar territorio nacional.

Después, serán trasladados al Hospital General de la Defensa, donde se les practicará la autopsia. Todos ellos han sido identificados con plena fiabilidad, según ha asegurado el ministro de Defensa.

Si ningún imprevisto lo impide, el próximo sábado se oficiará un funeral conjunto por los diecisiete militares, que fallecieron al desplomarse su helicóptero cuando se trasladaban a la base de Herat, al oeste de Afganistán.