Esta llamada de atención se recoge en el comunicado que la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal aprobó por unanimidad en su 186 reunión.

El comunicado, que tacha de "terribles" los atentados de Nueva York y Washington, condena esos atentados "con la misma rotundidad con que ha condenado siempre e terrorismo de ETA, que constituyen también una gravísima ofensa a Dios, una violación de los derechos fundamentales a la vida, a la seguridad y a la libertad de las personas".

Finalmente, el texto indica que "en comunión con el Papa, invitamos a todos a no ceder a la tentación del odio y de la violencia, y con él pedimos al Señor para que los responsables de las naciones no se dejen dominar por el odio y por el espíritu de venganza; hagan todo lo posible por evitar que las armas de destrucción siembrn de nuevo odio y nueva muerte, y se esfuercen por iluminar la oscuridad de las vicisitudes humanas con obras de paz".