"Tenemos un problema muy serio, muy grave, desde hace mucho tiempo. Además, con una cosa añadida que yo tengo la sensación de que se nos olvida bastantes veces: se habla muchas veces de que con ETA no ha podido nadie, ni Franco ni el Plan C ni Casinello ni nadie, pero os olvidamos de que ha habido una censura", dijo Arregui a la Cadena Ser.

Subrayó que "la historia no es la misma hace 50 años que hace 30 años o hace 20 años, es decir, hubo un momento en que todos los presos salieron a la calle, hubo un momento en que los exiliados pudieron volver a casa, hubo un momento en que los vascos fuimos llamados a las urnas y hubo un momento y muchos momentos posteriores en los que los vascos hemos ido decidiendo lo que queremos ser, cómo nos queremos entender, cómo queremo organizar nuestra convivencia, y no es lo mismo violencia antes que después de".

"Hay un cambio radical", prosiguió, "y es que en estos momentos el problema básico y fundamental que tenemos es, en democracia, qué tenemos para dar a los terroristas".

Para el parlamentario peneuvista, el fallo del nacionalismo democrático es "no haber desarrollado un discurso legitimatorio del poder autonómico que hemos estado ejerciendo y que ejercemos todavía, es decir, cuando se tiene un poder autonómico como tnemos en estos momentos, cuando se lideran instituciones, cuando se estructura una sociedad en base a las instituciones, cuando se tiene la responsabilidad de la seguridad ciudadana, hay que desarrollar un discurso que legitime todo eso".

REALIDAD INSTITUCIONAL

"Si ponemos esa realidad institucional, la realidad autonómica, entre paréntesis, en una especie de suspenso eterno entre unos derechos históricos antecedentes y un futuro de soberanía plena posterior, parece que estamos vaciando de contenidoa esa realidad presente, y cuando se crean esos vacíos es como con las borrascas o las bajas presiones; entra el aire, las nubes, entra todo lo que no debiera entrar", apostilló.

En su opinión, "ni desde una apuesta por vencer al nacionalismo se va a conseguir nada ni desde la apuesta por que toda solución pasa por una unidad nacionalista como núcleo duro accionarial de la sociedad vasca que luego puede decidir sobre todo. Ni desde una posición ni desde la otra se va aconseguir tender puentes. En esto momentos necesitamos puentes. La sociedad está reclamando a gritos esos puentes en el mundo de la política para que la sociedad en su cohesión, en su integración, que la tiene, pueda seguir respirando y pueda sobrevivir".

Arregui se mostró convencido de que "o la nación vasca es el conjunto de los ciudadanos vascos, piensen lo que piensen, o si no no hay nación, y por lo tanto para hacer nación necesitamos sociedad, y para hacer sociedad necesitamos ciudadanos, y necesitamos ciudadanos con derechos ylibertades y no con otra cosa".

No obstante, apuntó que para conseguir esos "puentes" hay que empezar "por hablar unos con otros. Es que no hablamos unos con otros: los nacionalistas no hablan con los socialistas, no hablan con los del PP, o si se habla es siempre para buscar una táctica, y no son tácticas lo que tenemos que buscar, sino tenemos que buscar las comprensiones de fondo que nos pueden ayudar luego a llevar a cabo tácticas concretas".

"Creo que al PNV, en estos momentos, le ata el conencimiento de creer que ha encontrado la receta que a largo plazo puede conducir a la superación de la violencia y le cuesta en estos momentos ver que quizá no está funcionando del todo. (...) Debiéramos empezar todos en esas conversaciones, en esos puentes (por) concedernos mutuamente legitimidad, es decir, no poner en duda nunca las intenciones de los otros", indicó

APUESTA ARRIESGADA

Desde su punto de vista, "a partir de concederse esa legitimidad mutua se puede empezar a hablar y se puede empeza a criticar. Lo malo es cuando se critica poniendo en duda esa legitimidad y es entonces cuando no se pueden establecer puentes. Yo creo que todos tenemos que reflexionar mucho. Nosotros tenemos que reflexionar. El Partido Nacionalista Vasco se tiene que preguntar cómo están las cosas, si realmente ha funcionado la apuesta arriesgada que hizo, sin poner nunca en duda la buena voluntad y la buena intención".

En este sentido, añadió que "el Gobierno de Madrid se tiene que preguntar si basta con estar y sperar. (...) Esas cosas por lo menos no ayudan, no sé si sirven, pero creo que no ayudan en absoluto".

El parlamentario nacionalista aseguró que ETA "está intentando reconstruir el franquismo, pero yo creo que eso es imposible hoy en día. Hoy en día la sociedad española ni la estructura española ni el Gobierno español ni nada es posible reconstruirlo como si fuera el franquismo (...) y en eso ETA va a fracasar. ETA tiene unos grandes aciertos tácticos, (...) pero ha perdido la batalla".

"Tácticaente nos va a marear, nos va a aburrir, nos va a matar, va a seguir y va a ganar muchos puntos porque sabe hacerlo muy bien, tampoco es tan difícil cuando uno tiene el poder que ellos mismos se han arrogado a sí mismos, que es el de disponer de la vida de los demás, pero al final no lo va a conseguir porque está fuera de la realidad y fuera de la sociedad vasca", recalcó.

Señaló, además, que hay que "cuidar muchísimo las palabras. La palabra, en una sociedad mediática, puede ser peligrosa. Puede ser temendamente liberadora, (...) pero también puede ser tremendamente peligrosa, y hoy usamos mal la palabra".

En este orden de cosas, agregó que hay que "analizar la perversión del lenguaje en la que estamos cayendo" porque "las palabras "están cargadas no solamente de intenciones, sino de consecuencias muy serias y muy graves. Hay que pensar dos veces antes de hablar, hay que darle vueltas a cada palabra que se utiliza. (...) Un desarme verbal".