"Los que nos hemos enterado, más o menos, de esta historia, sabemos que se acabó con los aborígenes y con la cultura aborigen en Ecuador, y se impuso la europea", declaró a Servimedia.

Por ello, la organización que preside no ha animado a los ecuatorianos a asistir al desfile del madrileño Paseo de la Castellana, acto central de esta jornada festiva. "No vamos a hacer nada porque, para nosotros, no es una celebración. Nosotros recordamos, pero no celebramos, el que en Ecuador se llama 'el Día de la Raza'. Se cobró muchas vidas", recalcó.

Por su parte, el presidente de la Asociación Sociocultural y de Cooperación al Desarrollo Por Colombia e Iberoamérica (Aculco), Álvaro Zuleta, también expresó, aunque en términos más matizados, sus reticencias hacia la celebración de la fiesta del 12 de octubre.

A su juicio, "más que un descubrimiento, fue un encuentro de culturas" que acabó siendo "un avasallamiento de los pueblos precolombinos". Por ello, insistió en que debería rescatarse una idea más plural de lo que se considera hispano, incluyendo a España, Portugal y América Latina.

Zuleta explicó que su asociación prefirió participar, el pasado domingo, 8 de octubre, en un festival de las Américas en la sede del sindicato UGT en Madrid.

A ese evento se sumaron organizaciones de Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Guinea y Ecuador (aunque no Rumiñahui, sino otros representantes). El acto incluyó danzas y folclore de estos países, y"no fue un acto reivindicativo, sino un enaltecimiento de los valores socio-culturales americanos", indicó Zuleta.

Este representante de los inmigrantes colombianos destacó la necesidad de "fortalecer una comunidad iberoamericana de naciones, a la luz de unos criterios de mayor justicia social, mayor distribución de la riqueza entre España e América Latina, y de mayor democracia entre los países iberoamericanos".

En este sentido, "España sí juega un papel importante, en la medida en la que pueda apoyar la construcción real de un proceso más igualitario entre América Latina y España".