Esta iniciativa, cuya misión es obtener el mayor número de firmas posible en los dos ámbitos, comenzó el viernes pasado con el envío a los diferentes medios de comunicación de una copia del artículo de Montero para recibir la adhesión de los profesionales.

Después de hacer un llamamiento a la prensa, que en su opinión juega un importante papel en la lucha conta el racismo, Rosa Montero señala: "Es obvio reconocer que todos somos racistas en nuestro comportamiento automático e inconsciente".

Bajo el título "La mirada sesgada", la periodista explica en su reflexión que el racismo no se manifiesta en nuestra voluntad ni en las ideas que formulamos intelectualmente, sino en prejuicios que están más allá de la razón.

"Hemos sido educados en una manera de contemplar el mundo que es racista y profundamente discriminatoria, y es difícil salirse de esa perspeciva y llegar a conseguir una mirada limpia", afirma Rosa Montero.

VISION ARBITRARIA

Las expresiones utilizadas en los periódicos, revistas y medios audiovisuales son, según la autora, una muestra de esa visión arbitraria, que a menudo se refieren a los asaltantes de un supermercado señalando que eran gitanos, cuando nunca se especificaría la raza si no lo fueran.

El colmo de esa discriminación, provocada por las rutinas mentales, que Montero califica de espeluznantes, se desprende de una notici publicada el año pasado en un periódico nacional, encabezada con el titular "Un negro mata a un hombre".

Los responsables de esta campaña esperan que el próximo día 7 de febrero se cierre el período de recogida de firmas, para celebrar una rueda de prensa con los firmantes una semana después, en la que se dará a conocer el manifiesto de Vázquez Montalbán.

CONTENIDOS SESGADOS

Aporta también ejemplos de otras valoraciones periodísticas que denotan un sesgo de los contenidos, entre las que destac la publicación generalizada, tras una comparecencia de Rafael Vera ante el Senado, del dato de que los gitanos controlaban el 70 por ciento de las pequeñas redes de venta de heroína.

Rosa Montero se pregunta "por qué, puestos a publicar cifras discriminatorias y arbitrarias, no hubo un sólo diario que titulara con otro de los porcentajes que dio Vera aquel día: que sólo el 0,3 por ciento de la población gitana se dedicaba a la venta de drogas".

Concluye la periodista que hay que estar atentos, pnsar dos veces estos temas, intentar imaginar la vida desde otras perspectivas y mantener los oídos abiertos a los gritos de las minorías.