Ante la pregunta de los periodistas en una visita a sus compañeros de partido en Palma de Mallorca, Arrimadas lamentó que "se está hablando mucho del cambio de nombre, cuando lo importante es una renovación de ideas, de propuestas, de mensajes, de operativa", y "el nombre es la bandera que se pone al final en un edificio".

"Lo que me interesa más es ese proceso de transformación, de escucha y de medidas", continuó, apelando a los ejemplos de 2006, año de la entrada del partido en el Parlamento de Cataluña, y 2015, cuando se convirtió en formación de ámbito estatal.

"Yo no tengo ninguna duda de que una buena parte de la gente quiere un proyecto como el nuestro, pero es verdad que tenemos que hacer los deberes, hacer un proyecto mucho más atractivo, volver a los orígenes, tener soluciones para la España del 2023", expuso.

"Lo que tenemos que hacer en este 2023 es volver a dar un proyecto atractivo para los ciudadanos, y eso para mí se basa en muchas cosas donde el nombre es el detalle menos importante", ponderó. "Pero en cualquier caso lo decidirán los militantes como el resto de cosas".

Por lo demás, la líder de Cs insistió en la crítica que ha venido expresando al plan de ahorro energético del Gobierno por su supuesta incoherencia con otras acciones del Ejecutivo, que estaría aumentando el número de "enchufados" mientras pide esfuerzos a los ciudadanos. También reiteró la tradicional apuesta del partido por la energía nuclear, siquiera como "energía de transición" mientras se desarrollan las renovables, como está haciendo Alemania, antes reacia a este tipo de energía.

"Toda medida de ahorro energético que haya que tomar por parte de la ciudadanía debe ir acompañada de medidas de ahorro de gasto superfluo de los Gobiernos y de las Administraciones Públicas", sintetizó, interpretando que, sin hacerlo, el Gobierno "no está pensando en que la oposición pueda apoyar estas medidas".