En declaraciones a Servimedia, Sobrini quiso dejar claro que la iniciativa del Campus de la Justicia le parece "fantástica" y se ha convertido en un referente internacional envidiable, pero el problema es que los proyectos de sus edificios se empezaron adjudicando "a dedo" a arquitectos famosos.

"No me cabe ninguna duda de que un buen arquitecto famoso va a hacer un buen proyecto, pero no tiene por qué ser el mejor proyecto", dijo la decana del COAM, quien subrayó que el mejor proyecto sale de un concurso abierto, participativo y publicado de una manera en que todos puedan optar a él.

En su opinión, otra de las cosas que no se hicieron bien fue convocar concursos de proyecto y obra, con los que se pretende buscar la oferta más barata y se premia "a la baja". "Ese tipo de concursos a los que nos somete permanentemente la Administración, que estamos hartos de denunciarlo, son perversos de origen, porque es mentira", aseguró.

En este sentido, añadió que "todos sabemos que las cosas valen lo que valen", y si se adjudican a la baja se producen numerosas modificaciones del proyecto y al final acaba costando más de lo que vale.

Sobrini indicó que aunque posteriormente las cosas se han hecho mejor, "de aquellos polvos vienen estos lodos" y, en cualquier caso, el Campus de la Justicia no obró adecuadamente al adjudicar un proyecto y obra a una empresa constructora, de la cual depende el arquitecto que ahora se marcha.

"Yo no quiero entrar en juzgar su actuación, porque entiendo que él es una persona responsable y sabrá por qué lo hace. Yo creo que lo que está mal es el origen, y estos proyectos que están adjudicados así van a tener problemas", concluyó.