Los buques de ese grupo participaron en mayo de 1992 en unos ejercicios multinacionales tras los cuales efectuaron una escala en Túnez, donde se aprovisinaron de "cierta cantidad de tabaco".

Ante la eventualidad de que esta actuación pudiera constituir un delito de contrabando, el juzgado número 6 de Cádiz abrió diligencias previas en las que se personó como acusación particular la Unión de Estanqueros.

Según las explicaciones ofrecidas por el Estado Mayor de la Armada, "el jefe de la agrupación comunicó a su llegada al puerto el tabaco embarcado, informándose asimismo a la Delegación de Cádiz de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria y de acuerdo con las autoridades de la Armada ésta ordenó el precinto del tabaco y su posterior entrega en la aduana".

La nota recuerda que el caso está en manos del juez, que será quien pueda determinar "la existencia o no del delito", por lo que rechaza las críticas vertidas por el abogado de la Unión de Estanqueros, José Luis Domínguez, por representar "un intento de prejuzgar los hechos ante los medios de comunicación".

Las autoridades de la Armada recuerdan también que según la legislación igente "todos los buques españoles tienen derecho a adquirir para el consumo de su dotación determinadas cantidades de tabaco y licores al navegar fuera del mar territorial, de la misma forma que todo español que retorne a España procedente del extranjero tiene derecho a introducir sin pagar derecho de aduana doscientos cigarrillos y/o un litro de bebidas alcohólicas".