Tal y como informó el Gobierno, el texto establece las condiciones sanitarias de producción, almacenamiento y comercialización de setas, amplía la lista de las especies que pueden venderse, excluye las que no son seguras y establece condiciones para aquellas cuyo consumo en crudo puede entrañar un riesgo.

Así, la normativa presta "especial atención" a la correcta identificación de las setas por parte de los explotadores de la empresa alimentaria, que, dice el Ejecutivo, "tienen la obligación de suministrar al consumidor productos seguros".

El decreto, propuesto por los ministerios de Sanidad y Consumo y de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, refuerza los controles y la identificación de las setas para evitar intoxicaciones derivadas de su consumo y adapta la normativa nacional a los requisitos establecidos en los reglamentos europeos de seguridad alimentaria y de higiene.