Según detalló CCOO tras la aprobación de estas recomendaciones, el documento arranca con un capítulo que clarifica la plena aplicación de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, siendo la evaluación de los riesgos y la planificación de la actividad preventiva lo “imprescindible” para poder aplicar la ley, de forma específica en estas actividades.

Asimismo, en el documento se describe al colectivo objeto del estudio y sus particularidades, abordando brevemente las actividades que pueden realizar, relacionando los equipos de trabajo y herramientas más frecuentes e incluyendo una relación de los equipos de protección individual (EPI) más representativos utilizados para algunos de los riesgos. Entre otros aspectos, se abordan también los peligros del amianto y el modo de protegerse.

Para CCOO, se trata de un “documento completo y ambicioso” que, partiendo de una “escrupulosa aplicación de la legislación de prevención de riesgos laborales, ofrece una ayuda, como no contábamos hasta el momento, para organizar la gestión de la prevención de riesgos laborales en los organismos públicos y en las empresas privadas dedicadas a las actividades de prevención, extinción de incendios y salvamento”.

Finalmente, valora que el texto haya salido adelante con diálogo y negociación y señaló que “puede suponer un avance histórico para la prevención de riesgos laborales en unos colectivos expuestos a múltiples y gravísimos riesgos para su salud”.