Los hechos ocurrieron a pocos metros del lugar donde ETA cometió el atentado en el que murió el teniente coronel Pedro Antonio Blanco García. Tras la explosión, un policía vio a una persona manipulando un vehículo y, al solicitarle que se identificara, el joven emprendió la huída. El policía, que sospechó que podía ser uno de los etarras, le persiguió y se produjo un dispro que provocó la muerte del presunto delincuente común.

Para el portavz de UFP, Fernando Vázquez, la actitud del policía "es la que hubiera adoptado el 99 por ciento de nosotros, sobre todo porque lo que menos te esperas es que una persona sospechosa a la que pides la documentación tenga esa reacción de darte un empujón y emprender la huída. Esta no suele ser la actitud habitual de los delincuentes comunes".

Además de apoyar la forma de actuar del policía, que declara hoy en los Juzgados de Plaza de Castilla, dijo que el delincuente "iba con la misma indumentaria (ropa eportiva) con la que los etarras suelen cometer los atentados".

Por su parte, el secretario general de ANPU, Angel Martínez Sendino, indicó que "fue un hecho fortuito" y que el policía, cuando se encontraba persiguiendo al delincuente, realizó dos disparos al aire para que el joven se detuviera. "En una curva chocó contra un barrote y cayó al suelo, con tan mala suerte que se le disparó el arma", agregó.

"En estos momentos están investigando el suceso para saber si la bala rebotó primero contra ua pared o fue directamente contra el individuo", explicó.

En cuanto a la indumentaria de la víctima, el dirigente de ANPU señaló que además de la ropa deportiva, "el delincuente se encontraba manipulando el vehículo con una bufanda que le tapaba media cara. Estaba en una actitud muy sospechosa".