ANGEL SUQUIA PIDE QUE SE EVITEN LAS ACTITUDES DE INDIFERENCIA Y RECHAZO HACIA LOS INMIGRANTES

MADRID
SERVIMEDIA

Con motivo de la Jornada de Solidaridad con los Trabajadoes Inmigrantes, que la Iglesia católica celebra mañana, el arzobispo de Madrid, Angel Suquía, afirma en una carta dirigida a los fieles de la diócesis que "nuestra actitud de indiferencia e incluso, a veces, de rechazo" hacia estas personas agrava sus ya difíciles circunstancias.

"Creo que somos un pueblo acogedor. Y sin embargo", escribe el cardenal, "llama la atención la situación en que les mantenemos y la escasa sensibilidad que mostramos por los problemas de estos hermanos nuestros".

El arzoispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal observa que "nuestra sociedad, cegada por el egoísmo, los mira con frecuencia sólo como una amenaza de invasión de los países pobres, como rivales en puestos de trabajo y como foco potencial de delincuencia".

"¿Hemos olvidado quizás", pregunta el cardenal Suquía, "que, no hace tantos años, miles de familias españolas tuvieron que ir en busca de trabajo a países más desarrollados que el nuestro y cómo los sacrificios de aquellos emigrantes contribyeron a levantar nuestra economía?".

La Jornada de Solidaridad con los Trabajadores Inmigrantes se celebra el mismo día que la Iglesia dedica a la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y está promovida por esta organización, en colaboración con las delegaciones diocesanas de Inmigrantes y de Pastoral Obrera.

Angel Suquía también se hace eco de la encíclica "Sollicitudo rei socialis", en la que Juan Pablo II se pregunta, acerca de las crecientes pobreza de unos y riqueza de otros, "si la trise realidad de hoy no es, al menos en parte, el resultado de una 'concepción demasiado limitada', es decir, prevalentemente económica, del desarrollo".

"El olvido de la dimensión humana y, por tanto, ética y social del desarrollo, tiene estas consecuencias", indica el cardenal Suquía.

En consecuencia, asegura, "sin un 'cambio de mentalidad' de los españoles y, a la vez, sin un esfuerzo de transformación de las estructuras económicas, sociales y políticas, la sociedad no podrá dar una respuesta étia al derecho que tienen los inmigrantes a desarrollarse de manera creativa".

"Una nueva mentalidad", subraya Suquía, "en la que las actitudes de exclusión social, xenofobia y racismo no tengan cabida".

(SERVIMEDIA)
30 Mayo 1992
A