AMPER QUIERE SUPRIMIR OTROS 340 EMPLEOS EN 1993, AÑO EN EL QUE ESPERA PERDER AL MENOS 4.000 MILLONES
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El grupo Amper quiere reducir su plantilla en otros 340 empleos durante 1993, año en el que la dirección espera, como mínimo, unas pérdidas cercanas a los 4.000 millones de pesetas por su actividad ordinaria, a las que deberán sumarse las extraordinarias originadas por la falta de recurso para acabar definitivamente con la reconversión de las empresas que lo componen.
Según explicó hoy el presidente de Amper, Antonio López, antes de acudir a la junta de accionistas de la sociedad, el montante total de las pérdidas dependerá de la voluntad de los principales socios de la empresa (Telefónica, INI, IBVy Banesto) en aportar capital propio para financiar la reconversión, lo que permititiría al grupo empezar 1994 con balances saneados y una "moderada" previsión de pérdidas de unos 1.000 ó1.500 millones de pesetas.
Con el ajuste laboral, que según López, sólo debería afectar a la división de Telemática, serían casi 1.400 los trabajadores que dejarán el grupo por su reestructuración entre 1990 y 1993, debido a la recesión del sector de telecomunicaciones, con una caída de la demanda que, dijo, podría ser en 1993 de un 90 por cien.
También destacó la fuerte caída del presupuesto de Defensa para equipamiento eletrónico y telemático durante los dos últimos años, pero señaló que esta dvisión de actividad del grupo, que concentra su filial Amper Programas, ha sido reconvertida y cuenta con un socio industrial, Thomson, un contrato de radioteléfonos para el Ejercito que garantiza la actividad, y unas buenas dimensiones de plantilla.
Según explicó, el calendario para la progresiva entrada de Thomson en Amper se está realizando en los márgenes previstos, ya que la adquisición de un 15 por cien, mediante una ampliación de capital de 500 millones, ya se ha realizado.
La segunda tomade participación, que dará a la empresa gala el control del 30 por cien, se realizará a finales de 1993 o primeros de 1994, con un desembolso de 400 millones, y la tercera a finales del año que viene, con la que llegará a tener el 49 por cien por 600 millones de pesetas más. En total serán unos 1.500 millones los aportados por la sociedad francesa a cambio del 49 por cien de la española.
SIN TRAUMAS LABORALES
Antonio López señaló que no hay previsto reducir plantilla ni en Defensa, ni en Telefonía Pblica, Instalaciones y otras áreas del grupo, salvo en Pesa, dedicada a equipamiento audiovisual, en la que "la situación es muy dificil", como reflejan las pérdidas de más de 1.000 millones de pesetas que registró esta filial en 1992 por primera vez en su historia.
De seguir así Pesa, dijo, habrá que pensar en reorganizarla, "particularmente en España", al tiempo que mantendremos el duro ajuste al que ya está siendo sometida en su actividad exterior.
Antonio López cifró en unos 7.000 millones depesetas el coste de la reconversión que aún le queda hacer al grupo en los próximos 3 años, y entre 3.000 y 5.000 millones la aportación de capital que deberían hacer los accionistas en los próximos dos años para ampliar los recursos propios con los que finaciar estas operaciones.
Además, dijo no descartar la venta de filiales exteriores, aunque advirtió que la estructura fuera de España es buena y que las desinversiones sólo afectarían a la puertorriqueña TH, y a la española Ibersegur, cuyo negocio etá bastante desvinculado del núucleo principal de actividad del grupo.
El presidente de Amper reconoció que alguno de los accinistas significativos, como el INI, que participa en la empresa a través de Indra Sistemas, no tiene capacidad para hacer frente a las ampliaciones de capital que requiere el grupo de empresas, pero matizó que sí disponen de recursos IBV, sociedad de cartera del Banco Bilbao Vizcaya (BBV), Telefónica y Banesto. "Depende", dijo, "de la voluntad que tengan de invertir en Amper o o".
LASTRES LABORALES
Asimismo, hizo hincapié en el lastre que supone para sanear el grupo la rigidez del mercado laboral, y aunque reconoció que se trata de un problema estructural de la economía que no afecta directamente a la empresa, señaló que es imprescindible reformarlo para hacer frente a la situación.
Para apoyar este argumento destacó que de los beneficios que tuvieron las empresas que cotizan en bolsa durante 1992, un 96 por cien correspondió a sociedades del sector servicios, y sóloun 4 por cien a industrias, mientras que estas tienen el 40 por cien del empleo del país. "esto hay que resolverlo o no sé que pasará con ese 40 por cien", apostilló.
El grupo registró unas pérdidas en 1992 de 11.300 millones de pesetas, de los que 6.520 correspondieron a saneamientos financieros y costes de reewstructuración, principalmente en las áreas de Telemática y Defensa. La facturación también descendió en unos 800 millones, al situarse en 42.044. de los que 10.000 millones correspondieron a l cifra de negocio exterior.
(SERVIMEDIA)
24 Jun 1993
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