Lo hizo a través de un comunicado en el que testimonió que “este comportamiento es una forma de violencia sexual que, como cualquier otra, no puede justificarse de ninguna manera”. En ese sentido, el portavoz de AI, Carlos de las Heras, subrayó que la RFEF “debe tomar medidas urgentes, investigando adecuadamente lo ocurrido, poniendo el foco en la protección a la jugadora y cumplir su protocolo de actuación frente a la violencia sexual”.

Luego de reiterar que la acción de Rubiales es “violencia sexual en el entorno laboral y por parte de un superior jerárquico”, recordó que el protocolo de la RFEF conmina a “poner todos los medios a su alcance para resolver, con la mayor celeridad y eficacia posible, las solicitudes de ayuda presentadas” y establece la necesidad de “asegurar que todos los procedimientos disciplinarios y procesos de apelación están implantados para gestionar correctamente cualquier posible caso de incumplimiento de los códigos de buenas prácticas”.

En caso de no ser así, Amnistía Internacional reclamará al Consejo Superior de Deportes (CSD) que “adopte medidas para asegurar una política de tolerancia cero ante la violencia sexual en el deporte” y apoyó la pretensión de Futpro para que el CSD “apoye y promueva activamente la prevención e intervención ante la violencia sexual en cualquiera de sus formas, el machismo y el sexismo”.