Lo hizo a través de un comunicado en el que señaló que las inundaciones son una “clara advertencia” del “impacto devastador” del cambio climático, por lo que los países “más responsables” de la crisis climática deberían “compensar y reparar” las “pérdidas y daños causados” por estos fenómenos meteorológicos.

En ese sentido, el responsable de campañas en Pakistán de Amnistía Internacional, Rimmel Mohydin, observó que “los países que se han enriquecido utilizando combustibles fósiles y otras prácticas insostenibles deben cumplir con sus obligaciones”, lo que pasaría por “proporcionar una compensación y otras formas de reparación por las pérdidas y los daños que sufren las personas en Pakistán”.

AI recordó que Pakistán representa un 0,4% de las emisiones históricas de CO2 desde 1959, a pesar de lo cual el país es uno de los lugares más vulnerables al clima del mundo, según el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo.

Los primeros cálculos estiman que las inundaciones tendrán un coste de 10.000 millones de dólares para Pakistán, como consecuencia de la pérdida de mil vidas humanas, el destrozo de los cultivos, la amenaza para el suministro de alimentos y el colapso de cientos de miles de viviendas.

Por todo ello, Rimmel Mohydin arguyó que “estas inundaciones corren el riesgo de afianzar las desigualdades existentes y poner millones de personas en riesgo de quedarse sin hogar, hambre, mala salud e incluso muerte prematura”.

A su vez, la organización atestiguó que las mujeres se han visto especialmente afectadas por las inundaciones, como lo ilustra que, según el Fondo de Población de la ONU, haya casi 650.000 embarazadas viven en esos lugares, de las que casi 73.000 darán a luz en el próximo mes, y llamó a atender las necesidades de higiene menstrual, ya que 8,2 millones de mujeres en edad reproductiva están entre las víctimas.

A ello se añade que existe una mayor posibilidad de que las mujeres y las niñas sufran violencia de género, como consecuencia de la ruptura del orden y de los mecanismos de protección social.

Por todo ello, Rimmel Mohydin aseveró que “las desigualdades existentes basadas en el género, el estatus socioeconómico, la edad y otras identidades de las personas sin duda se verán exacerbadas por las inundaciones”, lo que le sirvió para exigir al Centro Nacional de Coordinación y Respuesta a Inundaciones que tenga en cuenta las necesidades de las diferentes comunidades a la hora de abordar su plan de respuesta.