También hay que etiquetar los aditivos alimentarios elaborados a partir de microorganismos modificados genéticamente y los piensos deberán especificar si contienen o proceden de OGMs.

El umbral a partir del cual es obligatorio etiquetar estos alimetos baja del 1% al 0,9% y al 0,5% durante tres años si se trata de OGMs no aprobados pero que tienen el visto bueno de los comités científicos europeos, según explicó el jefe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA), José Ignacio Arranz. Se prevé disminuir más este porcentaje en cuanto sea posible.

Gema Trigueros, experta en transgénicos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), señaló que el nuevo etiquetado persigue "dar confianza e información" a los usuarios a la hora de cmprar los productos y otorgar "sensación de normalidad", puesto que "las cosas que se declaran es porque no hay nada que ocultar".