ALERGOLOGOS DEL PUERTA DE HIERRO RECOMIENDAN MANTENER LA VACUNACION EN EMBARAZADAS
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Las mujeres embarazadas con asma o rinoconjuntivitis deben mantener el tratamiento antialérgico ya establecido con el fin de evitar riesgos innecesarios para la madre y el feto, según concluye el estudio realizado por un equipo de profesionales del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de la Comunidad de Madrid.
El trabajo, que destaca la importancia de controlar adecuadamente el asma y de valorar su importancia durante la gestación, ha sido publicado en el último número de la revista "Allergologia et Immunopathologia".
El asma es una enfermedad de riesgo durante el embarazo que puede asociarse al aumento de la mortalidad materno-fetal. Además, constituye una de las patologías más frecuentes que pueden causar problemas en la gestación, puesto que su prevalencia es del 1-7% de las embarazadas.
Por ello "y pese a que una mujer embarazada no debe, en general, recibir fármacos", en esta enfermedad sí está indicado, tras valorar los riesgos y los beneficios para la madre y el niño, afirma el doctor Angel García Cubero, jefe de sección del Servicio de Alergología, que dirige el doctor Arturo Domínguez Lázaro, y coordinador del estudio.
"El embarazo no es una enfermedad, sino un momento de la vida de una mujer en el que hay que tener mayor control del habitual sobre sus patologías de base", explica. "Comprobamos que existe un amplio abanico terapéutico para el control del asma, por lo que no hay motivo para inframedicar", añade.
El trabajo destaca que el objetivo del tratamiento farmacológico del asma en el embarazo es que la paciente esté libre de síntomas y prevenir la aparición de crisis. Se logra así evitar un mayor daño fetal, puesto que los efectos adversos de un asma mal controlado en el feto son mayores que los derivados de los fármacos empleados para tratarlo.
No en vano, si se produce una crisis asmática, disminuye la aportación de oxígeno a los pulmones del niño y aparece la hipoxemia fetal. Además, puede provocar hipertensión, parto pretérmino y bajo peso al nacer.
Por todo ello, durante el embarazo no se debe alterar el tratamiento antialérgico establecido. "Si la paciente asmática está bien controlada, no debe modificarse, puesto que el riesgo de crisis es alto", concluye García Cubero.
Sin embargo, el estudio recomienda, por precaución, no iniciar la vacunación contra los procesos alérgicos durante la gestación. En cuanto a la rinoconjuntivitis "frecuentemente asociada al asma", también debe ser tratada en la mujer embarazada, puesto que es una enfermedad de menor gravedad, pero muy incapacitante para la vida diaria normal.
Además del aspecto farmacológico, el estudio subraya la importancia del apoyo educativo. El paciente asmático debe aprender a conocer y prevenir sus síntomas y, en el caso de las mujeres embarazadas, el control de la inflamación de la vía área es imprescindible para evitar complicaciones.
El médico debe conocer el grado de gravedad del proceso, los posibles factores desencadenantes y garantizar a la paciente una mayor disponibilidad. Asimismo, si le proporciona una explicación sencilla sobre la enfermedad, sus riesgos y tratamiento, logra que sea menos preocupante durante el embarazo. Con todo, una colaboración estrecha entre médicos de Atención Primaria, ginecólogos y alergólogos contribuye a proporcionar una asistencia eficaz e integral.
(SERVIMEDIA)
16 Ago 2005
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