Tanto Amalia como su compañera Natividad Román Villar negaron ante el juez cualquier responsabilidad directa en la muerte del niño Eduardo Tristán Agüero.

El fiscal solicitó cuatro años de cárcel para cada enfermera y una indemnización de cinco millones de pesetas.

Eduaro, que era alérgico a la leche de vaca y a sus derivados, estaba ingresado en el citado Hospital Infantil de La Paz, el 24 de noviembre de 1986, cuando Amalia Sancho le dió un yogur para merendar: el pequeño falleció a los diez minutos.

BUSCANDO AL RESPONSABLE

Natividad Román, que ejerce como enfermera desde hace doce años, dijo hoy que ella es responsable de supervisar la alimentación de los niños y que conocía la enfermedad de Eduardo, pero que las encargadas de dar los alimentos son las auxiliare, que tienen que preguntar si tienen alguna duda, cosa que no hizo Amalia aquella tarde.

Amalia, por su parte, declaró que no consultó porque en la hoja médica constaba únicamente que el niño requería una dieta blanda; dieta que incluye, según dijo, el yogur y la leche.

El fiscal, sin embargo, propuso durante la vista la lectura de la gráfica médica del niño para aquel día en la que, subrayado en rojo, se decía que Eduardo era alérgico a la leche.