Estos dos informes, que serán remitidos a la Dirección General encargada de Empleo y Asuntos Sociales, insisten en la línea de otro informe publicado la semana pasada: el alcohol es tan peligroso como la heroína, inform la revista "L'européen".

Una de las primeras víctimas del abuso de la bebida son los niños. El estudio titulado "Problemas de alcohol en las familias" estima entre 4 y 7 millones el número de menores de la Unión Europea afectados por el alcoholismo de sus padres. Este informe ha sido elaborado conjuntamente por Eurocare -un organismo que reúne a asociaciones de lucha contra el alcoholismo- y Coface (Confederación de Organizaciones de Familia de la UE).

Todos estos niños sufren problemas comunes:malos tratos, síntomas depresivos, bajo rendimiento escolar, etc. En Portugal, por ejemplo, el 60 por ciento de los niños que pasan a la tutela del Estado son hijos de padres alcohólicos.

Por su parte, las cifras de consumo de los jóvenes, en alza en la mayoría de los Estados, son preocupantes. En el Reino Unido, el porcentaje de los que beben con edades entre 11 y 15 años ha pasado del 13% en 1988 al 17% en 1994. Y casi el 40 por ciento de los niños franceses de 12 y 13 años son consumidores ocasionaes.

La mortalidad vinculada al alcohol tampoco es menospreciable. En España, por cada 100.000 habitantes, 30,8 fallecieron en el período 1993-1995 por cirrosis, cáncer en las vías aereodigestivas o accidentes. En total, 2.470 personas. En toda la UE fueron 24.189.

Las campañas en favor de un consumo moderado y responsable no han conseguido que éste haya aumentado en numerosos países. El informe titulado "Inventario de las políticas de lucha contra el alcohol en el seno de los quince países de la E" advierte que Luxemburgo, Dinamarca, Irlanda, Grecia, Reino Unido y Finlandia han visto aumentar sus cifras de consumo. España, sin embargo, no responde a esta tendencia: de los 14,2 litros por persona consumidos al año en 1975, se ha pasado a los 9,3 litros.

Como en otras muchas cosas, hay grandes diferencias entre el norte y el sur de Europa. En los países escandinavos el consumo suele ser de fin de semana, frente al consumo "de mesa" -más regular- en la zona mediterránea. "Aquí, la bebida no es ms que un medio para emborracharse", explica Kari Paaso, del ministerio de Salud finlandés. "No es tanto la cirrosis de los bebedores, sino sus crímenes, lo que nos inquieta", añade.

En Suecia, Noruega y Finlandia, los Estados poseen el monopolio del alcohol, en contra de las normas europeas, por razones de salud pública. Muchos jóvenes de estos países, donde la bebida está sometida a elevados impuestos, se trasladan hasta Dinamarca o Estonia para conseguir alcohol. España es, en cambio, el país de la E con impuestos sobre el alcohol más bajos.