Sarasola opinó que no es un consuelo pnsar que al menos la fábrica ha quedado instalada en Euskadi norte, como dijo el consejero de Industria del Gobierno vasco, Jon Azúa, si bien añadió que confía en que sirva para reactivar la "maltrecha" situación económica de la zona donde será ubicada la fábrica.

El edil añadió que no cree que en la decisión de la empresa haya influido el hecho de que Lezo esté gobernada por HB desde mayo de 1993 (el anterior alcalde era de Eusko Alkartasuna), y recordó que el ayuntamiento se comprometió de antemanocalificar los terrenos para que se pudiese instalar la factoría.

"Hay que dejar claro que en en este proceso no ha habido ni impuestos revolucionarios, ni chantajes, ni nada", dijo, por lo que, al ser la familia Ucín muy allegada al PNV, resulta "una decisión mucho más preocupante", porque deberían favorecer un cierto nacionalismo económico.

A su juicio, hay "una grave responsabilidad por parte de la familia Ucín, en el sentido de que han definido su criterio en base a una lógica de rentabilidad, pero admitió al mismo tiempo que esas razones también existen, ya que Bayona ofrece una energía más barata, terreno a pie de puerto y una localización estratégica para acceder a mercados internacionales.

Sarasola se mostró convencido de que la decisión de la familia Ucín pudo ser otra si el Gobierno vasco y la diputación foral hubieran tenido capacidad decisoria en temas como el de la infraestructura y la energía eléctrica, pero hizo hincapié en que "la clase empresarial vasca tiene que responder a onsideraciones que no sean las simplemente economicistas".