El todavía alcalde popular, que calificó a de la Merced, de "muy joven y un monstruo político", ratificó que la dirigente nacional del PP fue quien le facilitó la sentencia de un pueblo de Lérida que amparaba su decisión.

Asimiso, acusó a Lisardo Rodríguez de ser un "presunto corrupto" y de querer ganar con argucias lo que no ha sido capaz de obtener en las urnas.

Pacheco arremetió también contra los dirigentes del PSOE que le han acusado de actitudes antidemocráticas y dijo que no entiende los calificativos lanzados contra él por Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, y "Jaimito" Lissavetzky, secretario general de la Federación Socialista Madrileña, "aunque de éste no me extraña, porque es la voz de su amo". Tras calificarse a si mismo de demócrata convencido y señalar que su actuación fue "atípica, pero ajustada a derecho", Pacheco afirmó que él es una "persona centrada y encantada con Aznar, presidente nacional del PP, pero no un Piñeiro (tránsfuga de la anterior legislatura) cualquiera, sino un señor bajito, pero un señor".

Con relación a su futuro político, explicó que no piensa dimitir como diputado de la Asamblea, porque "no me lo ha pedido nadie", y sobre la carta de Pío Escudero, presidente rgional del PP, en la que le solicitó que dimitiese de alcalde, dijo: "estoy reflexionando".

Mientras realizaba estas declaraciones, un grupo de concejales del PSOE de Humanes fueron desalojados de los pasillos de la Cámara porque llevaban camisetas que decían: "Pacheco, cacique".

Por su parte, Alberto Ruiz-Gallardón, presidente del Grupo Parlamentario Popular de la Asamblea, tras reunirse con Pacheco, declaró que le ha pedido que continúe como diputado regional y que abandone la Alcaldía.