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Pensiones

La Airef estima que el gasto en pensiones supondrá el 14,2% del PIB en 2050 y recomienda retrasar la jubilación y aumentar los años de cotización

MADRID
SERVIMEDIA

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) estima que el gasto en pensiones supondrá en 2050 el 14,2% del PIB de la economía española, y recomienda retrasar la edad efectiva de jubilación de 64,1 años a 66 y aumentar la carrera de cotización de los 25 años actuales a 35 para reducir el gasto en 1,4 puntos.

Así se refleja en su actualización de las previsiones demográficas y de gasto en pensiones a largo plazo, presentadas este lunes, en las que indica que el 14,2% del PIB que supondría el gasto público en pensiones en 2050 suponen 3,3 puntos más respecto a los niveles actuales, y un punto más respecto a su anterior previsión para 2048.

Durante la presentación de las previsiones, la presidenta de Airef, Cristina Herrero, apuntó que el aumento del gasto viene derivado fundamentalmente por el reto derivado del envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida, que sería compensado parcialmente por la evolución del mercado de trabajo y por el mantenimiento de las reformas paramétricas introducidas en 2011 así como la aplicación, tal y como está previsto, del factor de sostenibilidad desde 2023.

Por otro lado, sobre el déficit de la Seguridad Social, Herrero indicó dos vías para atajarlo, siendo una la reducción de la cotización por desempleo en favor de la Seguridad Social, asumiendo el Estado la pérdida del SEPE; y, la otra, la financiación por el Estado de gastos de la Seguridad Social no contributivos.

PREVISIONES

Sobre las nuevas proyecciones del gasto en pensiones de cara a 2050, la directora de la división de análisis económico de la Airef, Esther Gordo, explicó que los factores demográficos tenidos en cuenta incluyen una previsión de que el flujo migratorio deje una entrada neta promedio de unas 330.000 personas al año, de forma que en 2050 el ‘stock’ de inmigrantes se situaría en el 18% de la población total.

Además, la proyección de Airef prevé que la fecundidad se sitúe en 1,4 hijos por mujer, por encima del actual 1,23, y que la esperanza de vida mejore aproximadamente en un año por década, situándose en 84,3 años para los hombres en 2050 y en 89,5 años para las mujeres. Así, Airef prevé que la población de España sea en 2050 de 54 millones, mientras que la población en edad de trabajar se mantendría por encima de los 30 millones de personas durante todo el horizonte de previsión y, como consecuencia, la tasa de dependencia -población de más de 66 años dividida entre la población en edad de trabajar- sería del 53% en 2050.

En lo que se refiere a factores relacionados con el mercado de trabajo, la autoridad fiscal prevé que la tasa de actividad aumente dos puntos porcentuales en todo el periodo, mientras que la tasa de paro se reduciría en el largo plazo hacia el 7% y la productividad aumentaría un 0,9% anual.

Respecto al impacto de la crisis del Covid-19, Gordo explicó que, ante la gran incertidumbre existente en estos momentos sobre el impacto sanitario y económico de la crisis, su duración y si tendrá o no efectos estructurales, Airef no ha introducido un impacto a largo plazo de esta crisis en sus cálculos para 2050. En cualquier caso, para Airef el impacto de la crisis del coronavirus sería incierto en el largo plazo, mientras que en el corto estima una reducción del flujo migratorio en 2020, dejándolo en 150.000 personas, frente a las 450.000 de 2019, además del impacto en el crecimiento del desempleo y la caída del PIB.

REFORMAS

Por su parte, el director de análisis presupuestario de la Airef, Ignacio Fernández-Huertas, detalló los distintos escenarios proyectos en función de las reformas o políticas que se lleven a cabo. Así, destacó que, mientras la demografía tendrá un impacto decisivo en el gasto, especialmente desde 2030 y a consecuencia del envejecimiento, pero que estará suavizado por los flujos migratorios, el mercado de trabajo se mantendrá como un factor compensatorio del gasto y los factores institucionales tendrán un efecto creciente de mantenerse la reforma de 2011 y la introducción del factor de sostenibilidad en 2023.

Sin embargo, Fernández-Huertas apuntó que la eliminación del factor de sostenibilidad aumentaría el gasto en pensiones en 0,9 puntos del PIB, mientras que la profundización en las reformas paramétricas de 2011, mediante el aumento de la edad efectiva de jubilación de 64,1 años a 66 y el aumento de la carrera de cotización de 25 a 35 años, supondría un ahorro de 1,4 puntos del PIB.

Sobre las posibles reformas, Herrero recomendó analizar las alternativas puestas en marcha por distintos países del entorno europeo, y citó como ejemplos que algunos países tienen en cuenta la totalidad de la carrera profesional para calcular la pensión de entrada, mientras otros tienen en cuenta los 25 mejores años, y otros revalorizan teniendo en cuenta no sólo el IPC, sino también la evolución de los salarios o el crecimiento económico.

Asimismo, también recomendó analizar alternativas sobre los planes privados, “a través de ver cómo funcionan los planes de empleo o viendo el tratamiento fiscal de los planes privados en otros países”, aunque subrayó que esto no debe ser visto como una solución al reto del envejecimiento que compromete el sistema público, sino como “una forma parcial o para ciertos colectivos”.

(SERVIMEDIA)
28 Sep 2020
IPS/gja