Tras suscribir varios convenios de colaboración con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en materia de Sanidad e Interior, Aguirre dijo que no considera un insulto haber calificado a Zapatero de "sindicalista retrógrado", pero que no tiene ningún inconveniente en disculparse si el presidente del Gobierno se siente ofendido.

Explicó que está dispuesta a llamar a Zapatero para pedirle disculpas porque ya ha oído declaraciones que apuntan que para los líderes sindicales no es un insulto, pero para ella sí. "Si ha podido ofender lo que he dicho, a mí no me duelen prendas de pedir disculpas", aseguró.