Así lo establece un estudio que publica la revista "Ciudadano", elaborado tras adquirir esos dos productos en once establecimientos comerciales, seis de Madrid y cinco en Zaragoza.

Las conclusiones del análisis se han efectuado conforme a las tasas máximas de contaminación microbiológica recomendadas por el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición de Majadahonda (Madrid).

Exceptuando dos muestras de cinta de lomo adobada -una comprada en un comercio de la cadena Alfaro, en Madrid, y etiqetada con este mismo nombre, y otra de marca Simón, adquirida en Jumbo, también en Madrid-, todas las demás superan los límites de enterobacterias (bacterias presentes en el intestino).

Aunque no son peligrosas para la salud humana, acaban por deteriorar la carne e incluso estropearla si se guarda durante algunos días en casa, aunque sea en el frigorífico.

En cuanto a la posible presencia de mohos y levaduras, el informe de "Ciudadano" detecta valores "especialmente altos" en seis de las once muetras de chuletas y en dos de las ocho de lomo adobado.

Respecto a la humedad de este producto -no puede ser cuatro veces superior a la proteína-, de las ocho muestras analizadas, cinco superan este margen y, por lo tanto, contienen más agua de la permitida.

Otra irregularidad hay que buscarla en el etiquetado, sobre el que el estudio revela múltiples ausencias significativas para el consumidor.

Siete de las once muestras de chuletas analizadas no indican en su etiquetado la fecha máxima de cosumo y en una octava ni siquiera se distingue la fecha de envasado. En otras tres, el fabricante garantiza el producto hasta cinco días después de la fecha de envasado.

Lo mismo sucede en cuatro de las ocho muestras de lomo adobado. En el producto de este tipo comprado en un establecimiento de Pryca, no existe tampoco fecha de envasado.

A esta deficiencia, hay que añadir la de que los pesos indicados en el etiquetado tampoco se corresponden a los realmente hallados. Con la excepción de las muestrs en las que no se puede distinguir este dato, los errores -a favor de los establecimientos- hacen que se pierda entre un 2 y un 10 por ciento de peso declarado.

El precio medio de las chuletas compradas por "Ciudadano" varía entre las 525 pesetas y las 898 el kilo, con una media de 680. En el lomo adobado, los precios van de 755 a 1.147 el kilo, con una media de casi 1.000.

Durante 1990, cada español comió casi nueve kilos y medio de cerdo, según datos facilitados por el Ministerio de Agricultur, Pesca y Alimentación. Junto con el vacuno, es la carne más consumida después del pollo, del que se vendieron por persona y a lo largo del año casi 18 kilos.