Tras el encuentro mantenido en la capital castellano-manchega ambos mandatarios afirmaron que sólo mediante ua intercomunicación entre las cuencas hidrográficas será posible solucionar la falta de agua en el sur de nuestro país.

Para Bono, "tanto los regantes como el turismo del sureste español no pueden vivir pendientes de la incertidumbre de los embalses de cabecera del Tajo y por ello es necesario, y en esto coincidimos, en que se apruebe cuanto antes el Plan Hidrológico Nacional".

El presidente castellano-manchego precisó que ambos gobiernos autónomos "deberíamos asentar el desarrollo de nuestras ecnomías sobre planteamientos racionales, y no por peleas". Según Bono, el agua no entiende de ideologías y vamos a esforzarnos en no darles (a los periodistas) titulares sobre enfrentamientos".

Por su parte, Ramón Luis Valcárcel se ha comprometido a ahorrar agua en su región, tanto desde el punto de vista agrario como del humano, y reconoció que Castilla-La Mancha es una región que necesita agua.

"Entendemos", agregó Valcárcel, "que el beneficio del agua también debe llegar a Castilla-La Mancha deforma solidaria y, por lo tanto, creemos que la consolidación del trasvase Tajo-Segura pasa por mirar al Ebro y al Duero".

En el trascurso del encuentro, el presidente murciano planteó a Bono el proyecto de comunicar el río Jarama con el alto Tajo, así como este último río con el Guadiana para derivar agua a las Tablas de Daimiel y a la provincia de Ciudad Real.

En el primer caso el presidente de Castilla-La Mancha lo ha rechazado al considerar que el Tajo se convertiría en una cloaca de las agua residuales de Madrid, mientras que en el segundo se ha comprometido a estudiarlo.