En los pasillos del Senado, Piqué consideró que "estamos ante un punto de partida muy importante, ya que permite introducir la lógica enla administración de Afganistán, tras el vacío de poder" producido una vez derrumbado el régimen talibán.

El ministro valoró muy positivamente que en el nuevo gobierno recién pactado estén representadas todas las etnias que componen el país y recordó que ahora hay un camino de dos años para configurar un sistema de gobierno definitivo.

"Queda mucho camino, dos años por delante", agregó Piqué, "en los que se deben afrontar dos retos: la ayuda humanitaria, no sólo a la población de Afganistán, sinotambién a los refugiados en Pakistán e Irán, y la reconstrucción del país tras 20 años de guerra".

El titular de Exteriores recordó que la comunidad internacional en general "éramos escépticos" ante la conferencia de Bonn y, sin embargo, "ha dado buen resultado", al tiempo que resaltó el papel que ha jugado en todo el proceso el diplomático español Francesc Vendrell, como representante de la ONU.

En cuanto a la participación española en el conflicto, Piqué reiteró que se limitará a colaborar en e dispositivo para hacer llegar ayuda humanitaria a la zona, con 13 aviones de transporte militar y una unidad médica del Ejército del Aire, compuesta por 50 personas.