Estos datos facilitados por Aena a Servimedia hacen prever que el número de pasajeros durante la campaña veraniega pueda alcanzar el nivel de 2019, ya que entre lo programado y lo finalmente ofrecido se suele producir un desfase de entre el 3 y el 4%.

La mayor subida en el número de asientos programados se produce en los vuelos a África, en los que se incrementan un 24%; seguido por los enlaces con Latinoamérica, donde suben un 10%; las rutas nacionales, que se elevan un 8%; mientras que los vuelos a Europa incrementan sus asientos programados apenas un 1%.

En el otro extremo, la programación de asientos en las rutas con Norteamérica y Asia-Pacífico todavía sufre una caída del 14% con respecto a los niveles de 2019, descenso que también se produce en las rutas con Oriente Medio, cuya oferta de asientos programados baja un 5%.

Sobre dicho reparto, desde Aena valoran especialmente la buena evolución del mercado latinoamericano, ya que España lidera las conexiones europeas a esa región, así como la buena evolución del mercado doméstico, especialmente en los destinos más turísticos.

Desde la llegada de la pandemia, las operaciones aéreas han estado por debajo del nivel de 2019. Así, en la temporada de verano de 2020 se recuperó solo el 40% del tráfico, en invierno de 2020 el 29%, en verano de 2021 el 57% y este invierno el 79%, pese al impacto de ómicron.

Ante este panorama, Aena ha decidido cambiar la orientación de sus rebajas en las tasas para incentivar el tráfico aéreo, que pasarán de beneficiar el mero mantenimiento de las rutas a bonificar por operar los vuelos con altos niveles de ocupación en las zonas que todavía siguen con niveles de recuperación más bajos. Desde marzo de 2020 hasta enero de este año, estos incentivos han aportado 82 millones a las cuentas de las compañías aéreas.

Así, en los mercados de largo radio de Norteamérica, Asia-Pacífico y Oriente Medio, bonificará con el 100% de la tasa de pasajero a todos aquellos que se sitúen por encima del 70% de ocupación.

Además, estas bonificaciones, que estarán en vigor entre el 1 de abril y el 31 de octubre, permitirán a las aerolíneas recuperar el 50% de la tasa de pasajero en vuelos con un nivel de ocupación superior al 80% en las rutas europeas.