La previsión del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente es que ambos embalses abastezcan a la Comunidad de Madrid.

Sin embargo, la declaración de impacto ambiental que emitió la Dirección General de Política Ambiental del citado ministerio puso de relieve las importantes repercusiones que el proyecto de construcció del embalse de Matallana tendría sobre los ecosistemas y una zona característica de la denominada "arquitectura negra".

La declaración del departamento de Política Ambiental frenó el proyecto planteado por otra dirección general del mismo ministerio, la de Obras Hidráulicas, que planteaba la construcción de una presa con capacidad para 147 hectómetros cúbicos, que anegaría encinares, robledales, pinares y bosques de ribera en buen estado de conservación y anegaría el pueblo de Matallana.

Ante la discrepancias surgidas en el departamento de Obras Públicas, el proyecto quedó paralizado a la espera de la emisión de un nuevo informe sobre el impacto ambiental que puede provocar.

Aedenat y el resto de grupos ecologistas consideran que la opinión emitida por la Dirección General de Política Ambiental demuestra el daño que la construcción del embalse causaría sobre el medio y las poblaciones afectadas, por lo que solicitaron al Gobierno regional que, haciendo uso de sus competencias, impida la ejección de ambos proyectos.

Además, Aedenat anunció el inicio de una campaña informativa en todos los ayuntamientos afectados, sobre las consecuencias ambientales que tendrían los embalses de Matallana y Pozo de los Ramos en la zona.

Según la asociación ecologista, estos embalses no son necesarios para el abastecimiento de agua a Madrid, ya que insisten en que las infraestructuras que existen en la actualidad tienen capacidad para aportar anualmente 1.200 hectómetros cúbicos, cuando las necesidades e la Comunidad de Madrid rondan los 500 hectómetros cúbicos, según las estimaciones del Canal de Isabel II.