Según Aedenat, el Icona lleva años elaborando dicha ley, pero la lentitud con la que está actuando obliga a aplicar una ley obsoleta de 1974 y un reglamento de 1978 no acorde con las necesidades actuales.

A juicio de los ecologistas, las vas pecuarias, que suponían 125.000 kilómetros de longitud y 450.000 hectáreas de extensión en todo el Estado español (1 por ciento de territorio), están siendo usurpadas por multitud de personas, ante la pasividad tanto del Icona y de las comunidades autónomas.

Estos espacios de dominio público, ante el declive de la trashumancia, son aptos para nuevos usos, como senderismo, cicloturismo, rutas a caballo o rutas eco-culturales, según la asociación ecologista.

Por ello, tanto Aedenat como otras asciaciones ecologistas, culturales y de amigos de las cañadas intentan que no se pierdan estas vías, ya que, en su opinión, su permanencia "supone recuperar un importante legado histórico-cultural, así como un patrimonio territorial que ofrecer a la sociedad para el desarrollo de actividades tradicionales y nuevos espacios para el ocio y recreo".