Aedenat ha denunciado la política que sigue el Gobierno en relación con los parques nacionales, ya que el Ejecutivo es partidario de que sólo una zona representativa de cada ecosistema esté protegida con esta figura.

La organización ecologista considera que esta política está crendo diferencias y enfrentamientos entre administraciones regionales, movimientos sociales y grupos conservacionistas.

El Gobierno regional de Castilla-La Mancha y el de Extremadura ya han solicitado al Gobierno central y al Parlamento que declaren Cabañeros (Ciudad Real) y Monfragüe (Cáceres), respectivamente, parque nacional.

Estos entornos, al igual que el Monte de El Pardo, representarían al ecosistema mediterráneo dentro de la red estatal, por lo que el Gobierno sólo aceptará la inclusión en a misma de uno de estos espacios.

Mientras que Aedenat defiende que todos estos entornos cuenten con la máxima figura de protección, la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (Aedenex) mantiene que el Parque Natural de Monfragüe es el más apto para ocupar la plaza.

Por su parte, la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza ha escrito una carta al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Pedro Solbes, en la que le solicita que declare parque naciona el Monte de El Pardo.

CARACTERISTICAS

Este espacio madrileño, situado en el tramo medio del río Manzanares, es un encinar que ocupa aproximadamente 16.000 hectáreas. Está limitado al norte por la Sierra de Guadarrama, al sur por la ciudad de Madrid y al este y oeste por autopistas y otras vías de comunicación.

Cazadero predilecto de los miembros de las familias reales en siglos anteriores, en la actualidad pertenece al Patrimonio Nacional, lo cual ha permitido que pese a su proximidad a Madridhabiten en él especies como el ciervo rojo, el gamo, el jabalí, el águila pescadora, la cigüeña negra, el cormorán grande, la grulla común o la gaviota reidora.

Además, alberga al cinco por ciento de la población mundial de águila imperial ibérica y también crían en este entorno buitres leonados, buitres negros, azores y milanos negros.

Sin embargo, su situación geográfica ha provocado la contaminación de los suelos en las inmediaciones del encinar y de las aguas de los arroyos de la Trofa y Tejaa y del río Manzanares, así como una importante contaminación acústica provocada por las numerosas vías de comunicación que lo rodean y el intenso tráfico aéreo que soporta el aeropuerto de Barajas.