EL ACUSADO DE SECUESTRAR Y MATAR A SU PAREJA EN HENDAYA ASEGURA QUE LA VÍCTIMA SE CAYÓ POR LAS ESCALERAS
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Patxi Xabier Aramburu, el acusado de secuestrar y golpear a su pareja hasta la muerte, en diciembre de 2005, en el domicilio que compartían en Hendaya (Francia), aseguró hoy que las lesiones que provocaron el fallecimiento de la víctima, Begoña Bohoyo, se las produjo ella al caerse por las escaleras.
Aramburu hizo estas declaraciones en el juicio que la Sección Segunda de la Sala de lo Penal Audiencia Nacional está celebrando contra él.
Este juicio ha correspondido a la Audiencia Nacional por tratarse de un delito cometido por un ciudadano español en el extranjero y que fue denunciado dentro del territorio nacional, ya que la mujer murió en España tras escapar por sus propios medios de su casa de Hendaya.
A pesar de las alegaciones de Aramburu, los siete peritos forenses que asistieron a la vista oral -entre ellos los doctores que atendieron a la víctima en el hospital de San Sebastián en el que fue ingresada- coincidieron en asegurar que es "casi imposible" que las lesiones que presentaba Begoña Bohoyo y que le causaron la muerte se las produjera al caer de una escalera.
Los médicos se basaron en que Begoña Bohoyo presentaba "demasiadas heridas" y en que, además, estaban repartidas por todo el cuerpo. Uno de los peritos afirmó que "tendría que haber sido una escalera casi infinita para que se produjeran lesiones en tantas partes del cuerpo", y señaló que las heridas se corresponden más con una serie de agresiones.
El fiscal Jesús Alonso elevó a definitivas sus conclusiones provisionales y pidió 19 años y 6 meses de prisión para el Aramburu, 14 de ellos por un delito de homicidio y 5 años y seis meses por detención ilegal, con la agravante mixta de parentesco.
Además, solicitó que se imponga a Aramburu la prohibición de acercarse a la localidad guipuzcoana de Pasajes, en la que reside la familia de la víctima, durante cinco años a partir de su excarcelación.
TRES DÍAS SECUESTRADA
Según el relato de los hechos presentado por el fiscal Alonso, a finales de 2005 el acusado agredió a Begoña "en todo el cuerpo, dándole golpes y patadas" cuando ella se encontraba en el domicilio que ambos compartían en Hendaya.
La mujer había solicitado, en abril de ese año, una orden de protección que le fue concedida por un juzgado de San Sebastián pero que fue desactivada el 3 de junio a petición de la propia Begoña, que reanudó la convivencia con Aramburu y se instaló con él en Hendaya.
El escrito presentado por el fiscal continua relatando cómo, "no contento con su criminal e inhumano comportamiento y haciendo caso omiso a los gritos y lamentos de Begoña (que a pesar de ser escuchados por el vecindario no obtuvieron respuesta), el procesado, durante los días 28, 29 y 30 de diciembre de 2005, no sólo continuó con las palizas", sino que la retuvo en contra de su voluntad, "obligándola a permanecer herida y mal cuidada en la vivienda".
Finalmente, en un momento de descuido, la mujer pudo escapar y dirigirse a casa de unos vecinos para pedir ayuda. El vecino que la atendió, "al ver el lamentable estado que presentaba, con la cara desfigurada", quiso llevarla a un hospital de Hendaya, pero la víctima le pidió que la llevara a San Sebastián para estar con su familia.
Antes de llegar al hospital, la víctima pasó primero por la comisaría de la Ertzaintza en Irún, y los agentes, al ver el estado de la mujer, que ni siquiera podía mantenerse sentada, decidieron trasladarla al hospital Guipúzcoa de San Sebastián, donde quedó ingresada en la UVI.
Tras varios días debatiéndose entra la vida y la muerte, ya que las palizas propinadas por el procesado le habían causado importantes lesiones en pulmón, órganos internos y rotura de tres costillas, Begoña Bohoyo falleció el 4 de enero de 2006 a causa de una infección generalizada.
La víctima tenía 40 años y era madre de dos hijos, Leire, fruto de su relación con su agresor -aunque Aramburu no la había reconocido legalmente- y que tenía 3 años cuando ocurrieron los hechos; y Rubén, de 19 años, nacido de una relación anterior.
ACCIDENTE DE MOTO
Ante las preguntas del fiscal Alonso, Aramburu reconoció haber tenido problemas con Begoña durante los cinco años que duró su relación pero aseguró que eran "los problemas normales de cualquier pareja" y que en el momento de los hechos "nos llevábamos muy bien".
"Todavía no me lo creo, no me esperaba este desenlace", dijo Aramburu.
"En ningún momento pegué a Begoña", aseveró el acusado, quien explicó que las lesiones que presentaba la víctima se lascausó "en un accidente de moto" que tuvo el día 23 de diciembre y porque ésta "se cayó por las escaleras" del domicilio de Hendaya tres días después. Aramburu señaló que las citadas escaleras "son muy peligrosas" y que él mismo se ha caído por ellas "un montón de veces".
El acusado no acertó a explicar por qué, a pesar de las graves lesiones, no llevó a Begoña ante un médico y lo único que alegó es que el coche que tenían "estaba estropeado".
Por otro lado, Aramburu afirmó que los destrozos provocados en la casa de Hendaya los produjo la propia Begoña, con un martillo, tras enterarse de que la habían despedido del trabajo que realizaba en un centro comercial de Irún (Guipúzcoa).
Con respecto a las acusaciones que señalan que Aramburu encerró con llave a Begoña y que no le permitía comunicarse con el exterior, el encausado indicó que la víctima "tenía libre acceso al teléfono" y que además esta poseía un teléfono móvil.
INGRESADA EN LA UVI
En el juicio declararon como testigos las hermanas de Begoña, Ana y Rosario Bohoyo. Ana relató cómo, cuando por fin pudo ver a Begoña en la UVI del hospital de San Sebastián, ésta estaba muy nerviosa y preguntaba todo el rato por su hija Leire, que estaba con Aramburu.
Aún así, Begoña contó a sus familiares que el acusado "le había pegado durante tres días, que no le dejaba salir de casa y que le había quitado el teléfono móvil". "Tenía un aspecto horroroso, con golpes por todo el cuerpo", señaló Ana.
Rosario contó como su hermana le dijo en el hospital que Aramburu "se había vuelto loco" y que "le había encerrado con llave y le había pegado una paliza" y que además le amenazó con llevarse a su hija. Rosario también señaló que Begoña aseguró que no se había caído por las escaleras.
Las hermanas insistieron a Begoña en que denunciase los hechos, pero ella se negó y comentó que Aramburu "siempre se arrepentía" y que la quería "mucho". Fue finalmente Ana quien interpuso la querella contra el acusado.
Ana también reveló que la relación entre Begoña y el acusado"era totalmente tormentosa" y apuntó que, cuando la víctima se refugiaba en casa de su madre, Aramburu no dejaba de llamar "de día y de noche" y tildaba de "puta" a su pareja. Al salir de la sala de vistas, Ana fijó su mirada en el acusado, quien apartó la cara.
En el juicio también declararon los agentes de la Ertzaintza que atendieron a Begoña cuando fue conducida por el vecino de Hendaya, así como su jefa en el centro comercial en el que trabajaba.
Al empezar el juicio, el acusado solicitó al presidente del tribunal, el juez Ángel Hurtado, que ordenara a los periodistas que abandonaran la sala argumentando que se iban a tratar temas personales. El magistrado no accedió a tal petición y señaló que los medios de comunicación, al tratarse de una vista pública, tenían derecho a estar presentes.
(SERVIMEDIA)
17 Dic 2007
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