En un comunicado, Valle condiciona su reto a que la jaula en la que permanecerá confinado tenga unas dimensiones en relación a las medidas humanas promedio proporcionales a las jaulas en las que son confinados los visones, imponiendo de este modo el mismo grado de privación de movilidad que padecen estos animales encerrados en jaulas estándares de 40x40x50 centímetros.

De igual modo, la jaula en la que permanecerá deberá ser colocada al lado de las jaulas donde se encuentran los visones. Otra condición es que una vez colocada en su espacio final, la jaula no podrá ser modificada de modo alguno que pueda poner en peligro su estado de salud.

La dieta que recibiría el activista será totalmente vegetariana y ofrecida por otro activista de la organización, y proporcionará la cantidad mínima de calorías necesarias para mantener su estado de salud. La cantidad de agua que recibiría será, igualmente, la estrictamente necesaria.

Así mismo, si alguna empresa del sector acepta el reto, deberá consentir el acceso al recinto de personal sanitario para que vigile el estado de salud del activista, pudiendo ordenar el cese del confinamiento en caso de riesgo grave para su salud.

La iniciativa se conoce pocos días después de que decenas de visones en una de estas empresas fueran liberados por desconocidos, en una acción que buscaba llamar la atención sobre las condiciones de cautividad de estos animales.