Para esta sociedad de bolsa, las posibilidades de que el banco telefónico tenga éxito son en la actualidad más ciertas que nunca, y añade que el proyecto de estas características anunciado por el Santander para 1995 "es la prueba más evidente, al buscar ampliar su base de clientela ymantener aquella ya existente que ha empezado a plantearse el traslado al nuevo modelo de banca".

Entre los elementos más atractivos que AB detecta en la banca telefónica figura la posibilidad de ofrecer un servicio universal con mayor eficacia que la banca convencional, además de poder ofrecer precios más competitivos y menores gastos de transformación, si se tiene en cuenta la reducida estructura que requiere este servicio.

También destaca que se trata de un servicio cuya principal clientela esá entre colectivos profesionales jóvenes, por lo que es posible obtener una mayor fidelidad en el pasivo y solvencia en el activo, con la consiguiente reducción en el esfuerzo de provisionamiento.

Todos estos factores, añade la sociedad bursátil, hacen prever un cambio radical en la estructura de las cuentas de resultados de las entidades que se dediquen a la banca telefónica.

Según AB, desde que el propio Santander creó en 1989 el primer servicio telefónico de atención al cliente, casi todo el sctor ha realizado propuestas similares, pero sólo Bankinter y el Banco Directo de Argentaria se han planteado la posibilidad de hacer de esta iniciativa el eje de su negocio.

La duda que AB Asesores Bursátiles deja en el aire es si el anuncio del Santander de aprovechar la ficha del Banco Peninsular, del grupo Banesto, para crear su propia entidad por teléfono no generará una nueva guerra en el sector, como ha ocurrido con anteriores inicitivas novedosas del banco cántabro.