ETA. Catorce años de cárcel para un proetarra que alegó que una borrachera le indujo a diseñar bombas
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La Audiencia Nacional ha condenado al miembro de Segi Oier Urrutia a 14 años de cárcel, al no dar crédito a las declaraciones en las que aseguró que los esquemas para confeccionar artefactos explosivos hallados en su casa los realizó “sin ninguna intención delictiva”, simplemente para “hacer el tonto” una noche en la que “estaba borracho”.
Los magistrados de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presididos por Alfonso Guevara, han encontrado a Urrutia culpable de los delitos de pertenencia a organización terrorista y de tenencia de explosivos. El tribunal ha decidido en cambio absolver al otro acusado, David Hernández.
La sentencia hecha pública hoy considera probado que Urrutia utilizaba su casa, así como el bar Galtazagorri de Vitoria, del que era regente, para almacenar explosivos y todo tipo de material para realizar acciones de “kale borroka” bajo las instrucciones de Segi, una organización ilegal a la que el tribunal define como “auténtico satélite de ETA”.
En el curso de una inspección realizada en el bar por la Policía Nacional el 1 de abril de 2009, se encontraron en el interior del local numerosos petardos de gran potencia, una garrafa de combustible, una pistola de perdigones, un puño americano y una multitud de fotografías de presos etarras y material de simbología de la banda terrorista. En el bar también se halló un cartel con fotografía del rey Juan Carlos y del juez Baltasar Garzón así como de policías, ertzainas y guardias civiles.
PÓLVORA Y QUEROSENO
En el domicilio de Urrutia se encontró, además de abundante cartelería de Segi y ETA, botes de pólvora y de queroseno y una libreta con el anagrama de la banda terrorista que contenía indicaciones para preparar artefactos explosivos.
Durante el juicio oral, celebrado la semana pasada, Urrutia reconoció ser el autor de los esquemas para preparar explosivos pero aseguró que los confeccionó “sin ningún motivo delictivo, para hacer el tonto” una noche que estaba borracho. Sobre los datos y proporciones de combustibles que recogían los esquemas, el acusado aseguró haberlos anotado al azar, sin ningún rigor ni conocimiento.
En cambio, tanto los peritos presentes en el juicio como los magistrados de la Audiencia Nacional señalan que las proporciones recogidas en los esquemas eran “adecuadas” y “precisas”.
En base a todos estos datos el tribunal concluye que Urrutia era “miembro de la organización Segi”, ya que “tenía a su disposición elementos pirotécnicos y el combustible para la confección de artefactos explosivos-incendiarios” para ser utilizados “en acciones de ‘lucha callejera’”.
La sentencia destaca, además, que Urrutia tenía a su disposición una pistola de gas, varios tirachinas y un puño americano, elementos típicos de la “kale borroka”.
En cambio, el tribunal concluye que “no consta acreditado” que todo este material estuviese a disposición de Hernández, del que destaca que era sólo el camarero del establecimiento.
Durante el juicio, Urrutia fue explicando uno por uno todos los elementos sospechosos que se encontraron tanto en su bar como en su local. De esta forma, aseguró que los petardos que se hallaron los iba a utilizar en unas fiestas populares, que la pólvora provenía de uno ellos que había abierto “por curiosidad” y que la garrafa de queroseno era en realidad combustible para la calefacción.
(SERVIMEDIA)
28 Sep 2010
DCD/gja