Durante su discurso ante los Reyes y las más altas autoridades del Estado, Bono insistó en que "España es más que un Estado. España es madre de muchos pueblos y garantía de libertad y de igualdad para todos los españoles".

Dedujo, por tanto, que "no es por ello extraño que los enemigos de la igualdad también lo sean de la España que garantiza la igualdad", proclamada en la Constitución de 1978.

Bono recordó que la España de aquellos días "no era un lugar sosegado y pacífico", sino un país que llevaba dos años de guerra frente a un ejército invasor que había reducido el territorio nacional a las dimensiones de una isla.

A pesar de ello, "venciendo innumerables dificultades y en un ambiente de júbilo popular, los vecinos gritaban aquella mañana luminosa, hace dos siglos: ¡A las Cortes, a las Cortes!". Allí fue elegido el primer presidente, Ramón Lázaro de Dou, diputado por Cataluña.

En la Isla de León, las Cortes declararon soberana a la nación y desde allí "se hizo posible que Argüelles, una vez aprobada la Constitución en marzo de 1812, proclamara de modo solemne que, por fin, los españoles tenían patria. Aquella patria no era otra que la Constitución: la que acababa con los estamentos y el viejo Régimen".

"Otras naciones tuvieron otros orígenes", puntualizó el presidente de la Cámara Baja, "la nuestra nació en defensa de la libertad y en contra de quienes daban vivas a las cadenas".

Todas las constituciones posteriores, a excepción de la de 1869 y la de 1931, explicó, "fueron un intento de las minorías gobernantes para desnaturalizar la soberanía popular".

Bono hizo también un homenaje al Rey, al que dijo: "Vuestra prudencia, vuestra capacidad y vuestra decisión a la hora de cortar con la herencia de la dictadura y ponerse al lado de su pueblo han sido decisivas".