La última tuvo lugar el pasado martes por la noche, cuando la Policía Nacional detuvo a un brigadista forestal por su presunta implicación en un incendio que, según la Generalitat Valenciana, quedó al menos 4.500 hectáreas en el sur de la provincia de Valencia y el norte de la de Alicante.

Estas fuentes recalcaron que estas detenciones se han producido en su mayor parte desde que comenzó la campaña de prevención de incendios forestales puesta en marcha por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y las comunidades autónomas, el pasado mes de julio.

En cuanto al año pasado, un total de 61 personas fueron detenidas o imputadas en los meses de julio y agosto por provocar presuntamente incendios forestales.

Por otro lado, el perfil psicosocial del incendiario que provoca fuegos forestales es el de una persona de hasta 46 año, no soltero y que suele trabajar en actividades relacionadas con la construcción, a las que falta regularmente, según un informe encargado por la Fiscalía de Medio Ambiente a la Guardia Civil, la UNED y la Universidad Autónoma de Madrid y hecho público el pasado mes de junio.

Este informe apunta, además, que este prototipo de incendiario suele tener un rendimiento laboral bajo al dedicarse a la construcción, si bien si ya está jubilado o es pensionista o desempleado, tenía un buen rendimiento laboral cuando trabajaba.

Según este estudio, los responsables de incendios forestales, en general, tienden a ser analfabetos, a vivir solos y en una aldea (en una localidad diferente a la del incendio), aunque pueden gustar de estar con gente en su tiempo libre y tener problemas de salud.

Además, desconocen al propietario del terreno incendiado ni mantienen relación con él y durante su detención se muestran asustados o nerviosos, declarándose causantes del fuego, y carecían de antecedentes policiales.