En una rueda de prensa con motivo del comienzo del curso escolar, Gabilondo señaló que ello sería resultado de “las nuevas formas de enseñar y aprender”, y destacó que “si vamos en esta dirección de forma integral” convendría sustituir los exámenes de septiembre por recuperaciones “más personalizadas en julio” e iniciar el curso en septiembre.

“Soy partidario de las evaluaciones permanentes en lugar de jugárselo todo a un examen final”, apuntó el ministro, por lo que si además tenemos en cuenta que las universidades cada vez empiezan antes, “las recuperaciones deberían hacerse mediante un proceso de evaluación y tutoría un mes después de acabar el curso”, agregó.

De este modo “no perderíamos ninguna convocatoria” y además todas las universidades podrían empezar el curso en septiembre, subrayó Gabilondo.

Asimismo se evitarían ciertas complicaciones, como el mes que los alumnos que este curso acceden a los nuevos grados de las titulaciones Bolonia (que comienzan a impartirse antes) en la selectividad de septiembre van a perder.

Con todo, Gabilondo señaló que esto “no es ningún anuncio”, y pidió un “debate integral, desde el punto de vista territorial y social”, para evitar “algunas confusiones que las soluciones parciales pueden ocasionar”.

Como ejemplo de que el cambio es posible citó la supresión de la Selectividad de septiembre en la universidad del País Vasco o la eliminación de los exámenes de septiembre en la Politécnica de Cataluña, aunque reconoció que “será difícil”.

“Dificultades todas”, pues implica “coordinar a todas las administraciones”” y cambiar la mentalidad de la sociedad y las familias, pero se debe trabajar en esta línea, concluyó el ministro.