Con el aplazamiento para la presentación de enmiendas, los partidos tendrán tiempo hasta el próximo 17 de septiembre para presentar sus modificaciones al texto del Gobierno, que tal y como está ahora redactado, prohíbe el consumo de cigarrillos en los lugares públicos cerrados, aunque con excepciones.

En su día, Jiménez explicó que puesto que el principal objetivo de la reforma es preservar la salud de los no fumadores, se prohíbe el tabaco sólo en los lugares públicos cerrados, que es donde la evidencia científica ha demostrado sus efectos negativos, y se permite, por tanto, en los alrededores de colegios y centros hospitalarios.

Este punto, el de la no prohibición de fumar en lugares públicos abiertos como parques infantiles, es precisamente uno de los que ha generado oposición en algunos sectores como el del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), que apuesta por que no se permita consumir tabaco en parques de recreo.

Cuando la reforma del Ejecutivo entró en el Congreso, contó de partida con el apoyo de Izquierda Unida y Esquerra Republicana, pero no con el de los populares, que querían que la modificación se tramitara como un proyecto de ley y no como una proposición para que tuviera que pasar una serie de trámites previos a su llegada a la Cámara Baja.

Ahora que el texto comienza su andadura y lo hace retrasando el plazo de presentación de enmiendas, la ministra de Sanidad confía, tal y como dijo este martes en Radio Nacional, en que esté listo "en mes y medio o dos meses" y pueda empezar a aplicarse en enero del año que viene.