La nueva ordenanza, que sustituirá varios capítulos de la norma aprobada en 2005, dota al texto de una estructura más sistemática y aclara diversos aspectos que la práctica ha demostrado necesarios, con la finalidad de proporcionar mayor claridad a su contenido, haciéndolo más accesible para el ciudadano, según informa el consistorio.

Además, se incluyen novedades como la regulación de los requisitos a cumplir al generar residuos de construcción y demolición y un mayor detalle sobre la obligación de limpieza de las parcelas tanto públicas como privadas, aspecto que se considera fundamental en la lucha contra los incendios.

Se produce igualmente la incorporación de la normativa autonómica, que frente a las pintadas que afean al paisaje del municipio permite alcanzar multas de hasta 6.000 euros.

Según informa el consistorio, por otra parte, se concede mayor importancia a las vías de ejecución de las sanciones, procurando las adecuadas garantías y su aplicación subsidiaria. Se facilita la colaboración en la ejecución de medidas judiciales en materia de menores, que podrán prestar servicios a la comunidad en cumplimiento de su sanción.

La concejala de Medio Ambiente, Mónica García Molina, explicó que, en definitiva, la ordenanza "articula las previsiones necesarias para mantener limpios los espacios públicos del municipio, que deben poder ser disfrutados por todos y cada uno de sus ciudadanos, regulando además la gestión de los residuos urbanos a partir del respeto del principio de responsabilidad del productor y de quien contamina paga".