Zong, la filial pakistaní de China Mobile, el mayor fabricante mundial de teléfonos móviles, ha donado 100 teléfonos móviles a la OIM para que sean utilizados en las regiones más afectadas del país, concretamente en las provincias de Punjab, Sindh y Pakhtunkhwa Khyber.

Cada teléfono tiene una tarjeta SIM de prepago con 800 minutos gratis al día durante al menos dos meses. Además, los aparatos pueden utilizarse para llamar a un número gratuito de ayuda que la OIM tiene en su centro de asistencia humanitaria de Peshawar, capital de Pkahtunkhwa Khyber (al norte de Pakistán).

La OIM destacó que las inundaciones han causado el desplazamiento masivo y la destrucción de infraestructura, incluidas las telecomunicaciones, con lo que este servicio telefónico gratuito permitirá a las personas refugiadas en los campamentos comunicarse con el mundo exterior y acceder a información vital.

Por otro lado, la OIM tiene previsto distribuir 2.000 radios en Pakhtunkhwa durante esta semana, ya que muchas de las familias que lo perdieron todo en las inundaciones no tienen estos aparatos.

Además, emite anuncios durante todo el día en 14 canales de radio, que abarcan temas diversos como la prevención de la diarrea y la malaria, los métodos de purificación del agua, la salud materno-infantil en el mes de ayuno del Ramadán, la protección de la infancia, el tratamiento para las mordeduras de serpiente y la seguridad contra incendios en los campamentos.

"Es muy importante que estos mensajes lleguen a los más vulnerables, como las mujeres y los hogares encabezados por niños, los ancianos y los discapacitados. Estas personas a menudo no tienen móviles y no saben leer ni escribir, así que la radio es claramente la mejor manera de llegar a ellos", afirmó la Oficial del Proyecto de Comunicación de masas de la OIM, Maria Ahmad.

Por último, la OIM indicó que, hasta el momento, unas 134.000 familias se han alojado en los refugios de emergencia tras haber perdido sus hogares a causa de las lluvias torrenciales. Además, calculó que unas 900.000 viviendas han sido dañadas o destruidas, lo que dejaría a 525.000 familias dependiendo de asistencia inmediata.