El tribunal sostiene en la sentencia –con fecha de 26 de julio- que existe la "duda suficiente y razonable" como para que haya que absolverlos en "correcta aplicación del principio in dubio pro reo (en caso de duda, a favor del culpable)".

El escrito recoge que los acusados admitieron ante el Tribunal que su participación en los actos, era en "solidaridad hacia las familias de los presos que están sufriendo esta situación tratando de hacerles llegar su cariño y apoyo".

Ante esto, los magistrados reconocen que "no puede llegar a la conclusión de que los elementos probatorios aportados sean tan fuertemente indicativos y verdaderamente determinantes" que "prueben que la verdadera intención de los acusados fuera enaltecer o justificar el terrorismo homenajeando a miembros de ETA".

La sentencia señala que según los propios agentes el cabezudo -que fue el que dio el "chupinazo"- "no representaba nada" y según el alcalde, que compareció como testigo en la vista, el muñeco participaba como representación de las asociaciones culturales del municipio.