Según explicó Miguel Ángel Gómez Gordo, inspector jefe del Grupo V de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Madrid, la investigación se inició el pasado mes de diciembre, cuando los agentes empezaron a sospechar que tras los anuncios de contactos aparecidos en distintos medios de comunicación se ocultaba una organización que explotaba sexualmente a mujeres.

Tras un exhaustivo estudio de los anuncios en prensa escrita e Internet, los investigadores consiguieron determinar que lo que en un principio parecían publicaciones independientes estaban relacionadas entre sí y llevaban a una misma red.

Ésta llevaba tanto tiempo funcionando en la capital que había conseguido un alto grado de especialización. Tirando del hilo, los agentes consiguieron poner nombre a todas las empresas que integraban el entramado. Por un lado, contaban con trece grandes centros de prostitución y, por otro, con dos bases administrativas.

La organización había creado hasta quince sociedades mercantiles para la gestión y control de los citados centros, todo con el objetivo de dar una apariencia de legalidad. Así, conseguían unos beneficios mensuales que rondaban los 700.000 euros.

La cúpula de la organización colocaba como administradores y apoderados de estas sociedades a telefonistas o encargadas de los centros de prostitución. A los administradores les pagaba 500 euros mensuales y 200 euros a los apoderados, quienes, en la mayoría de los casos, no conocían el nombre de las sociedades que representaban.

Eran tales lo beneficios económicos que obtenían que llegaban a gastar mensualmente entre 30.000 y 45.000 euros en anuncios por periódico. Las telefonistas estaban tan especializadas que, dependiendo del anuncio por el que se interesaba el cliente, debían dar una u otra información. Además de instrucciones por escrito, tenían en cada centro unos ocho teléfonos con su correspondiente anuncio insertado o página web, de forma que, antes de responder al teléfono, sabían a qué tipo de anuncio se refería el cliente.

OSCURIDAD Y LITERAS

Las mujeres que ejercían la prostitución, que tienen entre 20 y 30 años y proceden de diferentes países, permanecían las 24 horas en el centro y estaban sometidas a turnos, todo bajo la supervisión directa y el estricto control de las denominadas "encargadas".

Todo el lujo que ofrecían a los clientes en los anuncios no tenía nada que ver con el cuarto donde las chicas pernoctaban: literas apiladas en un pequeño cuarto trastero, sin luminosidad alguna. Una salita repleta de taquillas, televisión y sofás deteriorados era donde las mujeres se cambiaban de ropa y permanecían hacinadas a la espera de la llegada de los clientes.

Finalizado el turno, y siguiendo órdenes de la cúpula, cada centro ingresaba la recaudación, bien en las cuentas bancarias establecidas o en la caja fuerte del local.

Todo estaba estudiado, ya que existían limpiadoras, personal de mantenimiento, informáticos e incluso servicio de seguridad al margen de la ley que, en plan matones, solucionaban cualquier problema de las chicas con los clientes. Todos ellos carecían de contrato de trabajo y la gran mayoría eran extranjeros en situación irregular.

Además de los mencionados anuncios, también contactaban con recepcionistas de hotel y taxistas que, a cambio de unos 50 euros, derivaban clientes a sus centros.

El pasado lunes, y bajo la supervisión del juez, se llevaron a cabo de forma simultánea 36 entradas y registros en locales de Madrid. Un dispositivo de más de 150 policías permitió la detención de 105 personas, integrantes de la organización, y la identificación de 92 mujeres que ejercían la prostitución en ese momento, aunque han sido liberadas un total de 350.

Además de numerosa documentación que permitirá demostrar el entramado de sociedades, se han decomisado 23.000 euros en efectivo, que constituían la facturación del día. Los arrestados ya han sido puestos a disposición judicial.

Según indicó José Manuel Pina, inspector de la Comisaría de Extranjería y Fronteras, continúa la investigación patrimonial para cerrar todas las empresas que poseía esta red y evitar que sus bienes patrimoniales sean utilizados por otras organizaciones mafiosas.

Finalmente, Valcarce destacó que esta es una de las actuaciones más importantes llevadas a cabo contra el "negocio sucio" de la prostitución en España y añadió que este es "el mejor ejemplo de la persecución de un delito execrable", como es la explotación sexual de mujeres.

ANUNCIOS DE CONTACTOS

Po otra parte, la delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce, se mostró este "absolutamente a favor" de suprimir los anuncios de contactos sexuales en los medios de comunicación, tal y como propone el Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de la capital.

Tras dar cuenta en rueda de prensa de la desarticulación de una importante red que se dedicaba a la explotación sexual de mujeres en la región, Valcarce argumentó que este tipo de anuncios pueden dar una imagen de normalidad y una falsa apariencia de actividad legal a algo que no lo es.

"Eso es muy peligroso", dijo, "sobre todo porque, además, están en prensa generalista, a la cual tienen acceso todas las personas, incluidos los menores. Es por eso que he apoyado la iniciativa que ha tomado el Partido Socialista de Madrid".

Recordó que el Gobierno de España ha pedido a todos los medios de comunicación que se autorregulen para eliminar definitivamente esa clase de publicidad y ha solicitado igualmente al Consejo de Estado un dictamen para ver cuál es el marco legal que permitiría hacerlo.