Durante el Debate sobre el Estado de la Nación, Rajoy pidió al presidente que deje de “engañar” a los ciudadanos sobre ese Estatuto y que deje el asunto “en paz” para mirar al futuro.

En su respuesta, el presidente reprochó a Rajoy de saber las consecuencias que podría tener la campaña emprendida en su momento contra el Estatuto, la recogida de firmas o la advertencia de que España se rompía y se trataba de forma desigual a los ciudadanos en función de su lugar de residencia.

Cuando promovieron cuñas radiofónicas en Andalucía en las que se decía que las comunidades pobres estaban sufragando a las ricas “sabían que era mentira”, dijo el presidente, pero lo hicieron porque intentaban “ganar votos a costa del enfrentamiento con Cataluña”.

Si después de cuatro años se ha pasado “de las soflamas de ayer a los silencios de hoy” y la tesis ahora es “poco menos que pelillos a la mar”, es sólo porque el PP “ha echado cuentas” y ya no le interesa “cabalgar sobre el anticatalanismo” sino sobre la crisis económica.

El presidente reprochó además a Mariano Rajoy la “desfachatez” que destila cuando pide al Gobierno que no eche “leña al fuego” del enfrentamiento entre territorios y le agradeció el “tono clarificador” de su exposición al reconocer “que no va a arrimar el hombro”.