El Departamento de Justicia de Estados Unidos desveló ayer un informe en el que detalla abusos de la CIA a detenidos, como intimidaciones con pistolas y taladradoras eléctricas y amenazas con matar a los niños de un preso, entre otras formas de tortura.

La directora del Programa de Terrorismo y Antiterrorismo de HRW, Joanne Mariner, afirmó que este informe es "una confirmación oficial convincente de que la CIA cometió graves delitos", por lo que consideró "absolutamente necesaria una investigación criminal a fondo de estos crímenes y de quiénes los autorizaron".

Mariner vio "alentador" que Holder haya abierto una investigación preliminar de "estos crímenes", que ha encargado al fiscal general de Connecticut, John Durham, si bien apuntó que "es crucial que incluya a los altos funcionarios que autorizaron las torturas" y advirtió de que "carecería de cualquier credibilidad" si la investigación se centra sólo en los "delincuentes" que llevaron a cabo los interrogatorios.

Además, reclamó una explicación completa y pública de los abusos posteriores al 11-S mediante una comisión independiente de investigación. "Aunque varias investigaciones del Congreso e informes militares y del Departamento de Justicia han investigado aspectos particulares del problema, nunca ha habido una investigación pública integral sobre los abusos y las investigaciones hasta ahora han carecido de independencia del Gobierno", apostilló.

Human Rights Watch ha recopilado información sobre unos 350 casos de abusos en los que participaron más de 600 personas. A pesar de las pruebas, ningún funcionario de la CIA ha tenido que rendir cuentas y sólo algunos militares han sido castigados.