EL 82% DEL DDT PULVERIZADO PERMANECE EN EL MEDIO NATURAL,SEGUN EL WWF/ADENA

MADRID
SERVIMEDIA

El 82 por ciento del DDT producido y utilizado en el planeta para controlar plagas de mosquitos y otros insectos permanece en el medio natural, según la organización ecologista WWF/Adena.

El informe "Peligros asociados al uso del DDT y piretroides sintéticos en el control de organismos vectores" se ha presentado en la Conferencia de las Naciones Unias sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, que se celebra en Nairobi.

El documento advierte ue si bien este plaguicida altamente tóxico se prohibió hace décadas, debido a sus efectos sobre la naturaleza y el riesgo que entraña para la salud humana, muchos países en vías de desarrollo lo utilizan todavía.

Según el WWF/Adena, la mayor parte de los millones de toneladas de DDT que se han producido en el pasado permanecen en el suelo y siguen dispersándose por el medio ambiente. En EEUU no se utiliza esta sustancia desde hace 20 años, pero los suelos agrícolas de Cotton Belt liberan todavía 110 oneladas anuales de DDT y sus metabolitos a la atmósfera cada año.

Al DDT se le responsabiliza de tener consecuencias nocivas sobre numerosas especies, entre ellas el águila blanca, en peligro de extinción.

Además, el informe ilustra cómo esta sustancia utilizada en un pueblo de Africa puede terminar en la grasa de los osos polares del Artico. Uno de los efectos recientemente descubiertos es el daño en el desarrollo cerebral, lo que produce conducta anormal y reducción de la neurotransmisión, adeás de suprimir la respuesta inmune ante las enfermedades.

Una vez liberada a la atmósfera, esta sustancia viaja miles de kilómetros hacia áreas más frías, desde donde vuelve a la Tierra, acumulándose en los tejidos de plantas y animales. El informe de la organización ecologista advierte que se trata de un veneno tan potente que si se utilizara masivamente en todo el mundo, nadie estaría a salvo.

Por este motivo, el uso de DDT está prohibido o muy restringido en la agricultura desde los años 70, pr lo que ahora las concentraciones más altas en humanos se dan en áreas donde se pulveriza el producto en las paredes y suelos de las casas para luchar contra la malaria y leishmaniosis.

Investigaciones realizadas en Méjico y Sudáfrica han revelado la presencia de DDE, un producto derivado del DDT, en la leche materna humana en concentraciones superiores a las tolerables por los niños, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ante los riesgos que entraña el DDT, el WF/Adena ha pedido la prohibición global de su producción y uso y ha puesto como fecha límite el 2007.

(SERVIMEDIA)
28 Ene 1999
GJA