Al-Maleh fue condenado por un tribunal militar en Damasco por "transmisión de noticias falsas en Siria que podrían debilitar la moral de la nación" y por "debilitar el sentimiento nacional".

Según Amnistía, Al-Maleh fue detenido tras una entrevista televisiva el pasado mes de septiembre, donde criticó la falta de democracia, el excesivo poder de los funcionarios de seguridad y la corrupción en Siria, y consideró que también pudo haber influido la publicación de varios artículos sobre derechos humanos en este país.

En este sentido, Amnistía señaló que las autoridades sirias utilizan regularmente imputaciones imprecisas para perseguir y encarcelar a los críticos del Gobierno y a activistas de los derechos humanos.

El director adjunto de Amnistía Internacional para Oriente Medio y África del Norte, Philip Luther, afirmó que Al-Maleh no debió haber sido juzgado ni condenado por "expresar sus opiniones sobre la situación de los derechos políticos y humanos en Siria".

A este respecto, apuntó que Amnistía Internacional considera a Al-Maleh como preso de conciencia y, a través de una campaña, pedirá su inmediata e incondicional liberación.

Amnistía aseguró que la salud de Al-Maleh se ha deteriorado desde su detención y actualmente sufre de reumatismo, diabetes y tiroidea.