El estudio se ha llevado a cabo en 51 centros de salud de la región, han colaborado un total de 392 médicos de familia y enfermeros de Atención Primaria y se ha invitado a participar a unas 1.500 personas de edades comprendidas entre los 40 y los 70 años.

A raíz de los resultados obtenidos, los autores del estudio estiman que las 35.000 personas con EPOC sin diagnosticar, fumadoras en un 85%, padecen esta enfermedad en las fases iniciales, pues en un 40% de los casos se encuentran en un estadio leve y en un 45% en estadio moderado.

Además, la ausencia del diagnóstico está muy relacionada con la aparición progresiva e intermitente de los síntomas, que junto al hecho de asociarse al consumo de tabaco, origina que estas personas no consulten de manera habitual con sus médicos de familia.

Según esta investigación, los pacientes estudiados con edades entre los 40 y 70 años, tanto fumadores como ex fumadores, experimentan síntomas respiratorios de alguna dolencia con frecuencia. Así, un 35,7% padece falta de aire, tos crónica en un 31,9% y pitos al respirar en un 20,4%.

Otro aspecto de la salud que destaca especialmente, y que relaciona con un peor pronóstico de la EPOC, es que un 35% de las personas estudiadas, con una edad media de 52 años, sufre obesidad, con un Índice de Masa Corporal superior a 30.

Por otro lado, el 15% de los pacientes a los que se les ha diagnosticado la EPOC continúa fumando.