El apoyo unánime a la medida habrá decepcionado, presumiblemente, a las asociaciones de ocio nocturno de las comunidades autónomas, que habían pedido a los grupos parlamentarios que votaran en contra de la proposición de Ley y que exigieran al Gobierno "que evite las chapuzas" y que tramite la reforma como proyecto de ley "para ganar transparencia".

Aunque ciertamente CiU, PNV, UPyD y NaBai se quejaron durante el debate de la toma en consideración de la modificación de la norma del tabaco de la forma en que se tramita, dieron finalmente su apoyo al texto, al igual que el Grupo Popular, que ha criticado en varias ocasiones este mismo hecho.

Pese a que en el debate de este martes los populares no manifestaron abiertamente su desacuerdo con la forma de la modificación legal, sí advirtieron, a través de Mario Mingo, que pedirán la comparecencia parlamentaria de los distintos grupos a los que afectará la reforma de la ley del tabaco, tanto si la comparten, como si se oponen a ella, algo que la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, dijo no entender, puesto que su departamento se ha reunido ya con los sectores protagonistas.

También durante el debate, Concepció Tarruella, del Grupo Catalán, indicó que está de acuerdo con el fondo, pero no con la forma de la iniciativa, que debería haberse presentado como proyecto de ley para poder oír las voces de investigadores y de todos los grupos a los que afecta.

En la misma línea, el peneuvista Joseba Agirretxea fue también "crítico" con la metodología de la reforma, que parece responder, a su juicio, a un capricho del Gobierno. No obstante, aseguró que la apoyará, porque supone una oportunidad para mejorar el texto propuesto por PSOE y ERC-IU-ICV, que no se fija en medidas sanitarias y en otras también de importancia. "Es, dijo, "el momento de dar un paso más".

Por el mismo motivo, Rosa Díez, de UPyD (Grupo Mixto), dijo estar "decepcionada", al igual que Uxue Barkos, de NaBai (también del Grupo Mixto), que subrayó que su deseo habría sido que la iniciativa la hubiera presentado el Gobierno y no el Grupo Socialista.

LA REFORMA

La propuesta prohíbe, tal y como está redactada ahora mismo, el consumo de tabaco en los lugares públicos cerrados, pero no en los abiertos, por lo que sí se podrá fumar en terrazas o estadios de fútbol, pero no en las bodas, bautizos y comuniones que se celebren en salones cerrados.

La titular de Sanidad ha explicado en varias ocasiones que el principal objetivo de la reforma es preservar la salud de los no fumadores y que por ello se prohíbe el tabaco sólo en los lugares públicos cerrados, que es donde la evidencia científica ha demostrado sus efectos negativos, y se permite, por tanto, en los alrededores de colegios y centros hospitalarios.

EXCEPCIONES

No obstante, el texto de la modificación legal permite excepciones a la prohibición de fumar en los lugares públicos cerrados, al consentir el consumo de tabaco en algunas habitaciones de hoteles, por considerar que son de uso privado, en cárceles, psiquiátricos y en clubes de fumadores.

En este sentido, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) ha advertido ya de que sólo admitirá la excepción de los clubes si no se permite en ellos la entrada a menores y si los trabajadores no se ven perjudicados por el humo del tabaco.